La física al rescate de Neymar

La Voz

SOCIEDAD

Benoit Tessier | Reuters

Al delantero blaugrana, los problemas con los cordones de sus botas le han causado más de un quebradero de cabeza. Pero la ciencia respalda al brasileño

17 abr 2017 . Actualizado a las 15:50 h.

Cuando Neymar ha sido sancionado a consecuencia de sus sempiternos problemas con las botas y los servicios jurídicos del Barcelona preparan el recurso para rebajar el castigo, les sugeriría que entre sus alegaciones incluyan los resultados alcanzados por un estudio concerniente a la física de las lazadas y que acaba de ser publicado.

La investigación, efectuada por científicos de la universidad de California -sí, la misma que ha alumbrado un puñado de premios Nobel; en la que se inventó por ejemplo el ciclotrón o se sintetizaron los primeros elementos químicos superpesados-, concluye la inevitabilidad de que la lazada de los playeros se deshaga sí o sí al echarse a correr.

Hay que partir de la base de que los nudos se mantienen cerrados y prietos por las fuerzas de fricción que se producen en los entrecuzamientos de su núcleo o centro. De ahí que cuanto más intrincado o «marinero» sea el nudo, más fiable y seguro resulta pues con cada vuelta y cruce adicional se refuerza esa fricción.

Lo que ahora se ha descubierto es que los nudos, sea cual sea su estructura, se deshacen por la combinación de dos efectos: Por un lado, con cada impacto del pie contra el suelo el nudo se contrae y se deforma -tanto más cuanto más violento sea este impacto-, aflojándose a cada paso. El otro factor se deriva del constante movimiento pendular de las piernas, adelante y atrás. La inercia de este movimiento se traslada a las lazadas y extremos libres de los cordones y provoca que estos golpeen al nudo y al mismo tiempo tiren de él ora hacia delante, ora hacia atrás. La acción conjunta y continuada de ambos efectos supone que se alcance un punto crítico en el que aquel se afloja lo suficiente como para deshacerse.

De hecho los investigadores han constatado que los nudos serían prácticamente «indestructibles» de no ser por la decisiva contribución del segundo efecto, el provocado por la inercia de las lazadas. Queda claro que nos pueden dejar cabos sueltos: mejor optar por el velcro o las alpargatas, si no quieres exponerte a una sanción.

Además de la trascendencia que estos resultados pueden tener en el «desenlazo» de la liga, los investigadores apuntan a la importancia de sus observaciones para entender y optimizar el funcionamiento de otras estructuras con nudos. Desde las suturas quirúrgicas, hasta el comportamiento del ADN.