Se utilizó la técnica «con 95 pacientes del Reino Unido, pero también de Bélgica, República Checa y Nueva Zelanda». Él fue el primero en recibir lo que se considera el primer soporte externo de la raíz aórtica, según se explicó en el congreso, y ahora trabaja para extender esa opción quirúrgica a un grupo más amplio de pacientes con dilatación aórtica.
Golesworthy decidió participar en el congreso clausurado ayer en Santiago, organizado por la asociación Uscience de la Facultade de Medicina, para que «los jóvenes de hoy, que son los médicos de mañana, comprendan que hay otras formas de tratar la enfermedad. Y para avanzar deben mantener la mente abierta a las posibilidades de otras áreas, además de la medicina». Su experiencia se conoce internacionalmente como la historia del ingeniero que reparó su propio corazón. Un caso de éxito que ha cautivado a los especialistas.