Carballo guarda las guías Michelin

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

SENÉN ROUCO

Los hermanos Juan y Antonio Cancela tienen la colección completa de ejemplares de la célebre publicación, editada por primera vez en Francia en 1900

14 mar 2017 . Actualizado a las 16:48 h.

Los empresarios Antonio y Juan Cancela Sánchez, de Carballo, tienen la colección completa de la guía Michelin desde que el primer número salió de las imprentas francesas en el año 1900. La compañía de neumáticos quería estimular que sus clientes viajasen en sus coches (entonces, casi anecdóticos), que se desplazasen a los mejores lugares (primero, hoteles; más tarde, restaurantes), y les regalaba ejemplares que hoy son preciadas joyas del coleccionismo. No hay más que entrar en eBay (por citar una casa de subastas, pero existen más foros) para comprobarlo: un mercado que mueve muchos miles de euros gracias a los coleccionistas de las guías.

Antonio, que se encarga del trabajo de catalogación y análisis de todo su material (las estadísticas pueden consultarse en www.cancela.org) y su hermano Juan tienen las 831 guías. No hay más, hasta que salgan las del 2017. Solo hay un caso idéntico en Bélgica, a los demás coleccionistas les falta alguna. Esa cantidad corresponde a 29 países, además de otros cuatro en los que ya no se edita. Poco a poco se fueron haciendo con ejemplares repartidos por todo el mundo, algo a lo que Internet ha ayudado mucho. Puestos a bucear en sus datos, el fondo es muy profundo. La primera guía es de 1900, solo en Francia. Muy buscada, hace apenas tres años se pagaron 22.000 euros por ella, y eso que se editaron casi 33.000 números. La primera internacional es de 1904, en Bélgica, de la que se imprimieron 8.000 ejemplares. El tercer país con guía fue Argelia, en 1907. A España no llegó hasta 1910. Desde entonces ha habido tres etapas diferenciadas: hasta 1938, desde 1952 hasta 1972, y desde 1973 hasta la actualidad. «La de España es la más difícil de conseguir, porque la de Francia aún se puede comprar, pero la otra ya no», explica Antonio. Le constan 8 en todo el mundo. Dos de ellas, en la Costa da Morte. Hay otras también poco accesibles para los coleccionistas, como la primera de Inglaterra, o la de Argelia. Otras tienen un gran peso en la historia, como la francesa de 1939, reeditada en Estados Unidos por los Aliados para tener buenos mapas de Normandía de cara al desembarco. O la primera de Portugal, de 1913, porque hasta 1994 no llegó la segunda.

Es un gran universo el de las guías, plagado de estadísticas curiosas que ni en Michelin manejan, pero si en este almacén carballés de los Cancela (y en su ordenador) cuya ubicación prefieren no indicar por el elevado valor de los ejemplares.

La guía Michelin es un gran tratado de historia local de gastronomía, hostelería y hasta cartografía. Sobre todo, útil a la hora de viajar: «Es única en su independencia, y eso es debido al trabajo serio, riguroso, profesional e independiente de sus inspectores desde 1933, que además pagan sus facturas», explica Antonio. Cree que Galicia, por sus recursos, merecería estar más arriba de lo que está (167 establecimientos recomendados, entre ellos los 12 restaurantes con estrella). Cree que los ocho nuevos recomendados de la última edición son «una miseria» para el potencial existente, y anima al sector a «ponerse las pilas» para atraer al turismo, «sin localismos ni minifundismos, con un aeropuerto que pueda hacer frente al de Oporto, y sin declaraciones despistadas como un pulpo en un garaje», al respecto de imponer tasas turísticas, teniendo en cuenta que a Galicia llegan solo 1,3 de los 75 millones de turistas a España, pese a los enormes recursos existentes».

La afición por el coleccionismo comenzó en 1980, en los viajes con sus padres, recopilando folletos. Poco a poco fueron acumulando esos libros, hasta que en agosto del 2012, el ciclo se cerró. Su ilusión sería que un museo o fundación las acogiese para una exposición, aunque fuese de manera temporal.