«Es una injusticia. No sé si volveremos a ver a nuestros padres»

Cristina Barral Diéguez
CRISTINA BARRAL PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los hermanos Ihab y Mustafa Abdulkader, con Maite y Sara, Samer y Fadi, ayer en Pontevedra.
Los hermanos Ihab y Mustafa Abdulkader, con Maite y Sara, Samer y Fadi, ayer en Pontevedra. CAPOTILLO

Dos hermanos sirios afincados en Galicia denuncian que niegan sin motivo el visado a sus progenitores

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Indignados, decepcionados y ahora ya desesperados. Así se sienten los hermanos Ihab y Mustafa Abdulkader, sirios afincados en Galicia desde hace años. Treinta y tres en el caso de Ihab, que tiene también la nacionalidad española y es médico patólogo en el CHUS, y dieciséis en el de Mustafa, odontólogo que la solicitó hace un año.

Ambos, acompañados de la mujer de Mustafa, Maite, y de los tres hijos de Ihab -Sara, Samer y Fadi-, recurren a la denuncia social para intentar poder ver a sus padres. En una cafetería de Estribela, en Pontevedra, cuentan que llevan cuatro meses de angustia y papeleos. Algo que jamás esperaron de España, donde están perfectamente integrados, viven felices y pagan sus impuestos, subrayan. Los padres de Ihab y Mustafa residen en Siria. La guerra civil que ha destrozado el país y segado miles de vidas es la culpable de que lleven más de seis años sin poder abrazarlos y compartir vivencias en persona. En este tiempo solo han tenido el teléfono. Sus progenitores, Mohamed y Najah, de 80 y 70 años, respectivamente, tenían previsto viajar a España.

A pesar de la edad y de su delicado estado de salud, especialmente en el caso de Mohamed, tuvieron que atravesar un país en guerra para esperar en Latakia y llegar desde ahí a la Embajada de España en Beirut (Líbano) -en Siria no hay- para completar los trámites administrativos. Su hijo Ihab había iniciado previamente el papeleo en la comisaría de Santiago con la preceptiva carta de invitación. El 29 de diciembre presentaron las solicitudes de visado en Beirut.

El 19 de enero tenían prevista su llegada en avión a Madrid. Pero no pudieron viajar al denegarles los visados de turistas. Algo que a día de hoy siguen sin entender. «Es una injusticia para toda la familia y no se pueden denegar los visados con motivos arbitrarios. No sé si volveremos a ver a nuestros padres», se lamenta Mustafa. ¿Y cuál es el motivo que se esgrime para que no puedan disponer de esos visados?

El 9 de enero la Embajada de España en Beirut se lo comunica. Las razones son dos. Una es que «la información presentada para la justificación del propósito y las condiciones de la estancia prevista no resulta fiable». Y el otro motivo es que «no se ha podido establecer su intención de abandonar el territorio de los estados miembros antes de que expire el visado».

Sorprendidos porque el motivo del viaje de sus padres es estrictamente familiar, presentaron un recurso de reposición que fue desestimado. Esta vez «por no haberse justificado el propósito y las condiciones de la estancia prevista». Ihab y Mustafa explican que adjuntaron toda la documentación solicitada. Entre ella, la cuenta bancaria, contrato de trabajo, seguro durante el período de la estancia en España y carta de invitación de extranjería. Para la carta de extranjería Ihab aportó acreditación de la solvencia económica y escritura oficial de la vivienda en propiedad de sus padres.

El recurso de reposición agotó la vía administrativa y a la familia le queda acudir a la vía judicial. En concreto, interponer un recurso contencioso-administativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Una decisión que están valorando, junto a otras iniciativas para difundir el caso, pero que no es la solución teniendo en cuenta la situación de sus padres. Mohamed es diabético, tiene tres bypass, fue operado de cáncer de colon y apenas ve. «No están en condiciones ni físicas ni psíquicas para esperar mucho tiempo más», apunta Mustafa, que también se queja del trato «poco humano» que dieron en la embajada a sus padres y hermano. «Mis padres no conocen a Maite, mi cuñada, y a mis hijos los vieron cuando eran niños», añade Ihab.

Este periódico intentó ayer sin éxito recabar la valoración del Ministerio de Asuntos Exteriores. Tampoco se pronunció la Subdelegación del Gobierno.