Jorge Vázquez recupera la estética circense en la Madrid Fashion Week

EFE

SOCIEDAD

El diseñador de Betanzos ha desfilado junto a Alvarno y Duyos en la cuarta jornada de la pasarela madrileña

20 feb 2017 . Actualizado a las 19:05 h.

Alvarno, Jorge Vázquez y The 2nd Skin Co. han sido los capitanes generales de la jornada matutina y han puesto sobre la pasarela madrileña su mejor artillería, una selección de prendas de alto voltaje, ultra femeninas y muy sexis que han aderezado con vistosos bordados y sugerentes volantes. 

Con disciplina militar, el betanceiro Jorge Vázquez vuelve a su niñez y recupera la estética circense para emocionar, ilusionar y también hacer soñar a una mujer más joven, «queremos fidelizar la firma», ha contado el diseñador gallego momentos antes de comenzar el desfile.

Sobre una pasarela repleta de flores y tiovivos se han visto una elegante propuesta en tonos rojo caramelo y rosa bebé, «colores que me recuerdan las manzanas de caramelo y el algodón de azúcar», ha dicho.

Junto a estos tonos, con negro, azul marino, blanco o motivos geométricos que recuerda a los trajes de los arlequines, Jorge Vázquez propone siluetas afinadas, «casi arquitectónicas» en espléndidos vestidos.

Los estampados florales, que forma parte de la identidad de la firma, se han visto mezclados con elegantes trajes sastre, sudaderas o cazadoras bombers, prendas que imprimen un aire deportivo y «casual».

Para la noche, el diseñador gallego reserva el tul y la tafeta, materiales con los que construye una batería de vestidos «inspirados en una estética constructivista, pero muy femeninos» con aplicaciones de perlas, brocados o encajes. 

A las órdenes de Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, la firma Alvarno ha ejecutado una colección preciosista que busca su renacer, un nuevo punto de partida, con una loa al escarabajo, símbolo de la resurrección en la mitología egipcia.

Bajo unas potentes luces de vigilancia en la pasarela, este insecto está presente en diferentes prendas bien bordadas, dibujado con cristales de Swarovski o con espejos en una bomber de «cashmere».

Abrigos de corte militar extra largos encabezaron un ejército de prendas urbanas, en la que las botas de maniobras y los galones de terciopelo jugaron un papel importante.

Maillard ha detallado que cada seis meses se renuevan en una búsqueda constante por innovar sus patrones y con la expectativa de «sorprender» con cada colección, pero a todas ellas les unen elementos comunes como la elección de ricos materiales y un preciosismo, casi obsesivo, por los detalles.

Bordados sobre tul, verdaderas joyas sobre el cuerpo, con faldas muy cortas que contrastan con abrigos tan XXL que rozan el suelo, que contrastan con su peso, tan ligero como una pluma.

Sofisticados vestidos de noche, con más de dos metros de cola, que se cobijan por un abrigo aderezado de martas cibelinas cosidas a bandas sobre tul.

Por primera vez, los volantes hacen su aparición en las maniobras de Alvarno, para continuar con una silueta drapeada y trenzada que construye el cuerpo y lo fija en la retina, y da paso a un camel de camuflaje, a un sutil «animal print», con una mirada a los cortes orientales con mangas extralargas y abiertas.

Tres únicas concesiones al negro clausuraron el desfile. «No hay dos prendas iguales. Nos gusta complicarnos la vida», contaba entre sonrisas Maillard.

The 2nd Skin Co. rompe el paso con un viaje a través de la porcelana «desde su origen y creación en Asia Oriental hasta su llegada a Occidente y su reinterpretación en Europa», explicó Antonio Burillo, creativo de la firma junto a Juan Carlos Fernández.

Un tejido con motivos de porcelana china ha sido el eje central de una propuesta suntuosa en la que aparecen diferentes volúmenes sinuosos desde los miriñaques al talle bajo de los años veinte, pasando por las siluetas lánguidas y los patrones victorianos.

Con un gran despliegue de tejidos como raso, mikado o brocado estampado con flores, estos diseñadores han puesto sobre la pasarela una serie de vestidos envueltos en un lujo cándido y delicado que también han traslado a quimonos reinterpretados y pantalones anchos. «Hemos querido mantener nuestro sello, ahondar en la sutileza», ha explicado Burillo, quien.

Tonos azules, rosas, rojos, blancos, naranjas y pinceladas negras han coloreado prendas recatadas pero sexy, aderezadas con volantes verticales y vistosos lazos que invitaban a vestirse para la noche. «Apenas hay escotes, nos gustan los vestidos a la caja y con manga larga, resultan elegantes», ha concluido Burillo. 

Juan Duyos escribe una página en la historia de la pasarela

Juan Duyos ha celebrado sus veinte años en la moda con veinte vestidos para diez «top» españolas que han convertido la pasarela en una fiesta, un desfile emocionante con el que ha escrito una página en la historia de la pasarela madrileña.

Judit Mascó, Helena Barquilla, Marina Pérez, Cristina Piaget, Verónica Blume, Almudena Fernández, Vanesa Lorenzo, Madeleine Hjört, Laura Sánchez y Nieves Álvarez han sido las modelos «amigas e iconos» que ha elegido Juan Duyos, las grandes modelos españolas desde la década de los 80, para lucir sus diseños.

«No es una colección, son veinte vestidos hechos exclusivamente para ellas», explicó a EFE Juan Duyos, quien reconoce que es un «homenaje» a su trayectoria, a las mujeres que le han acompañado a lo largo de estos veinte años.

Dos décadas que le han permitido amar su profesión, «soy muy feliz cosiendo, mi rutina es fantástica», ha asegurado Duyos, quien reconoce que a lo largo de este tiempo, como una «montaña rusa», ha tenido «bajonazos» y también «subidones». No es «consciente» de que han pasado veinte años. Comenzó con cierta rebeldía y modernidad junto a su socia Cecilia Paniagua, que falleció a una temprana edad, y ambos lograron éxitos y dieron frescura a la moda.

Después, en solitario, Juan Duyos ha demostrado que sabe hacer la cosas. Sobre la pasarela se han visto piezas de fiesta preciosistas, ricas en detalles como brocados, aplicaciones de abalorios y lentejuelas o bordados. Cada una de estas prendas la ha hecho pensando en la modelo que lo iba a llevar, «para resaltar lo mejor de cada una», ha desvelado Duyos, que ha recibido en tres ocasiones el premio L'Orèal París a la mejor colección en la pasarela madrileña.

Los diez primeros modelos, todos vestidos, salvo un esmoquin de lentejuelas, han sido blancos, unas propuestas que derrochaban vitalidad, frescura y alegría y que se conjuntaban con vistosos zapatos de la firma Custom&Chic. Los otros diez, todos negros, un color que Duyos no suele utilizar, y que en esta ocasión ha contado con él con «la intención de cerrar una etapa, de subrayar mi historia», ha añadido el diseñador, que al final del desfile ha recibido un caluroso aplauso, con la gente en pie, incluida la bancada de la prensa.

En este día tan especial y de recuerdo y vivencias para el diseñador, Duyos ha lucido una sudadera de su amigo y también compañero David Delfin, un guiño con el que le ha hecho presente, mientras el malagueño se recupera de su enfermedad.

El diseñador Juanjo Oliva ha llegado a la pasarela madrileña con la firma Oliva, la colección que ha diseñado para El Corte Inglés y con la que por primera vez presenta sus creaciones masculinas, un proceso en el que ha confesado que le «apetecía mucho» estrenarse.

Piezas en las que no ha querido definir un «género» para que puedan «comprarlas» ellos y ellas, y que ha calificado como «sencillas» con profusión de cortes militares para él y «prendas de sastrería» en la confección de ellas. Una colección en tonos tierra, «mediterráneos», que recuerdan a especias de un bazar de Marraquech, como el azafrán, sin que falte el contraste del negro y el blanco.

Después, si Esther Noriega ha presentado «Voyage 360», una colección inspirada en el proceso de elaboración del champán que la diseñadora ha trasladado a prendas coloristas a través del empleo de tejidos brillantes y lentejuelas, una invitación a bailar con música ochentera, Jesús Lorenzo se inspiró en la mujer urbana y cosmopolita neoyorquina para confeccionar prendas de piel de aire deportivo.