La idea es convertir espacios emblemáticos en el motor de desarrollo de sus zonas
19 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Sabemos que tenemos patrimonio natural, pero a veces conviene recordarlo. Ese sería el resumen de la introducción que hizo ayer en Fitur la directora xeral de Conservación da Natureza, Ana María Díaz López, para definir Galicia, natural e única. El proyecto fue presentado en ese foro por Beatriz Mato, conselleira de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio. Y esa fue también la mejor forma de contar que lo bello, aunque sea cotidiano, no deja de serlo. Bastó con ver imágenes de cuento que forman parte del paisaje gallego para comprobar todo el potencial de Galicia para atraer turismo foráneo. Todo ese desfile de paisajes, habituales para los que viven en esta parte del norte peninsular, dejó prendados a los que no conocían esta esquina de España.
La propuesta de la Xunta, con un eslogan directo, fue recibida con entusiasmo por el público que este miércoles se acercó a la feria. La suya es una promoción que gira en torno a 17 espacios denominados como imán, cuya función no solo es atraer turistas. Han de emanar una onda expansiva que, en su radio de acción de al menos entre 30 y 50 kilómetros, contribuya a dinamizar económicamente las zonas en las que se encuentra ubicada cada joya natural incluida en la lista.
«Galicia entra por los ojos, pero va directa al alma», dijo Mato, mientras por la pantalla se sucedían imágenes que poco a poco transportaban al espectador hasta paisajes únicos. Pero la conselleira no solo hizo hincapié en el sentido de la vista. Fue directa a despertar el resto de sensaciones: «Es Galicia para todos los sentidos», matizó.
Puso ejemplos: «Galicia también entra por el oído. Pero miremos ese tronco que adorna el stand de Galicia. Es el sentir de nuestra tierra para decir lo que suponen para nosotros los árboles», aseguró en una intervención que comenzó en gallego.
El poder del imán
Con imágenes de la playa de As Catedrais, en el concello de Ribadeo, al Parque Nacional das Illas Atlánticas, los asistentes que no conocían la comunidad entendieron por qué desde el departamento que dirige Bea Mato llamaban a esos espacios como imanes. Muchos habían estado en alguno de esos excelsos parajes; a otros el mero hecho de verlos abrió en ellos el apetito de ir hasta allí para conocerlos de cerca.
Beatriz Mato recurrió también a la tradición para justificar, aún más, lo que representa Galicia, natural e única: «Mondoñedo presume de haber celebrado en el siglo XVI la primera fiesta de Europa sobre el árbol», dijo. Recordó también la Serra do Xurés, como un paraje real y aderezó el discurso con un toque mágico al echar mano de El bosque animado, la obra del autor Wenceslao Fernández Flórez. No olvidó tampoco los espacios que forman parte de la Red Natura o de las Reservas de la Biosfera. Uno de los últimos en adherirse al proyecto fue la Serra do Courel, el espacio imán número 17. El hecho de estar incluidos en alguna de esas fórmulas de protección da cuenta de su importancia e interés. Conjugar su valor y su fama. Ese es el objetivo.
Todo eso es un potencial para atraer a Galicia desde senderistas o aficionados a otros deportes de naturaleza como a aquellos cuyo mayor interés es ver pájaros al amanecer como buenos expertos en ornitología o en otras disciplinas que tienen la naturaleza como fuente de conocimiento.
El plan de Promoción del Patrimonio presentado ayer en Madrid incluye también la puesta en marcha de una treintena de actuaciones en cuatro años. Además, dedicarán unos cuatro millones de euros para poner en valor y proteger estos espacios que son tan importantes. El objetivo: Fomentar los valores paisajísticos, la biodiversidad y el medio ambiente.
Pero el viajero podrá, como dijo Mato, «disfrutar al máximo». Lo hará porque tendrá a su disposición toda una carta de actividades como la oferta termal. Por no hablar de otras como la arqueología o la puesta en marcha de rutas que recorren paisajes espectaculares.