Los padres de Nadia alegan que solo una vez tuvieron sexo delante de su hija

javier romero / R. R. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Adrià Ropero | EFE

Dicen que estaba dormida y que las fotos de la niña desnuda fueron al salir de la piscina

15 ene 2017 . Actualizado a las 09:50 h.

Los dos prestaron declaración por separado y sus testimonios son coincidentes. Tanto Fernando Blanco como Margarita Garau alegaron ante el juez, que les ha abierto una nueva causa por los presuntos delitos de exhibicionismo, provocación sexual y explotación sexual, que solo mantuvieron en una ocasión relaciones sexuales en presencia de su hija Nadia, pero que la pequeña estaba «completamente dormida» y que «en ningún momento se despertó». Lo hicieron mientras vivían en Biali (Mallorca), una época en la que los tres miembros de la familia dormían en un colchón del salón de la vivienda. Es lo que se desprende de las explicaciones que ambos ofrecieron el viernes al magistrado que lleva el caso y a las que ha tenido acceso La Voz de Galicia.

Ambos reconocen que en una de las fotos -las que se encontraron en el lápiz de memoria del padre y que motivaron la apertura de la nueva causa- aparece el pie de su hija. Pero el progenitor, Fernando Blanco, alega en este caso que «la niña estaba dormida, que se le ven los pies y se ve que está tumbada; y tiene la seguridad absoluta de que únicamente fue en esa ocasión» cuando mantuvieron relaciones sexuales delante de ella. El motivo de que durmieran en la misma habitación era que «el piso de arriba se movía, la viga se agrietaba y acabaron durmiendo los tres en el salón en un colchón». El testimonio de la madre es coincidente. Margarita Garau aduce que «no tenían camas» y que esa fue la única ocasión que tuvo relaciones sexuales delante de su hija dormida.

Sobre las imágenes en las que la pequeña aparece desnuda y con poses de «evidente contenido sexual», el padre argumenta que «le hacía fotos a su hija desnuda para mirar la evolución de la piel» y que estas instantáneas se corresponden a la estricta intimidad de la vida familiar, ya que en ningún caso se facilitaron a otras personas», mientras que la madre destacó que «estas fotografías no se han realizado con ningún contenido sexual ni libidinoso» y que «jamás en la vida permitiría que se le hicieran fotos incorrectas a niños, y menos a su hija, y aún menos por su pareja». En todo caso, Blanco reconoce en un momento de su declaración que «no son fotos habituales, pero siempre en el ámbito familiar». 

Una imagen «normal»

Otras de las imágenes en las que la niña aparece sin ropa se tomaron en un contexto en el que la pequeña salía de la piscina de plástico hinchable que tenían en un patio, incluida una en la que aparecía en la hamaca.

En la declaración de Margarita Garau llega a constar que «la imagen 258 la considera normal, porque la niña salió de la piscina y se bañaba sin braguitas». En otro momento explicó «que si hacía calor la niña andaba desnuda por casa y las puertas estaban cerradas y la madre iba en short y camiseta de tirantes». 

Sobre esos retratos en el que Nadia presuntamente exhibe los genitales con ciertas poses, Blanco responde que los sacó porque respondían a un «enrojecimiento de la zona vaginal», por lo que podía tener un interés médico en relación con la evolución de la enfermedad de la pequeña, que sufre tricotiodistrofia. Sobre las mismas fotografías, la progenitora dice que «las ve graciosas». 

«Payasea delante de la cámara»

En otro instante de la declaración, Fernando Blanco responde a preguntas del abogado que se encarga de su defensa, Alberto Martín, que «tienen miles de fotos y que la niña siempre está payaseando delante de la cámara». En este sentido, el matrimonio precisa que en muchas de las otras imágenes que aún no se han visto se centran en otras partes del cuerpo, como el pelo, las uñas o el torso, ya que todas, tanto unas como otras, respondían al seguimiento dermatológico de la enfermedad y que las solían hacer para comprobar si las cremas con las que trataban a la pequeña estaban dando resultado. Cuando se tomaron las instantáneas, Nadia tenía entre tres y cinco años.

Los psicólogos piden que aumente la protección de los menores

El Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares (COPIB) recomendó ayer que aumente la protección mediática de los menores víctimas con el objetivo de evitar posibles secuelas psicológicas derivadas de una exposición pública continuada, como el caso de Nadia.

En un comunicado, los psicólogos solicitan que se salvaguarde la imagen e identidad de los menores en casos como este. Este colegio invita a preservar totalmente la identidad de la menor en cuestión, cuidando las informaciones que puedan suponer un perjuicio para la niña en el momento actual o en el futuro.

También se pide que se evite que su nombre aparezca diariamente asociado a nuevas informaciones que puedan surgir y que se dejen de utilizar imágenes de archivo, especialmente audiovisuales. La junta del colegio considera que se debe evitar la «doble victimización, reduciendo al mínimo las situaciones que pueden resultarle traumáticas en su relación con la Justicia», paliando así las consecuencias psicológicas añadidas que puede suponer a la niña la «vorágine informativa» generada por este caso.

La institución colegial apela a la sensibilidad de los profesionales de la comunicación para que en sus procedimientos de trabajo tengan en cuenta la vulnerabilidad de los niños y niñas que se ven envueltos en casos judiciales.

La Oficina de Defensa de los Derechos del Menor de Baleares, donde reside la familia materna de Nadia, ha abierto un expediente informativo sobre el caso de esta niña, a la que considera perjudicada primero por sus padres, pero también por el proceso de «revictimización» a causa de la difusión de datos personales. Nadia, que fue expuesta al público por sus propios padres, permanece ahora alejada de cualquier foco bajo la protección de su tía materna.