Miguel Vieito: «Pablo tiene ahora la obligación legal de cambiar su DNI»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Marta Ferreiro

Redactó la solicitud que permite al primer menor transexual gallego modificar el sexo y el nombre en el documento de identidad

07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El jurista Miguel Vieito Vilar, miembro de un grupo de investigación de la Universidade de Santiago, fue el que asesoró a la asociación de familias con menores transexuales Arelas a preparar la primera doble solicitud conjunta de cambio de nombre y de sexo ante un Registro Civil en Galicia. Dio lugar al primer pronunciamiento favorable, un auto que autoriza a Pablo, de 15 años, a usar este nombre y a que en su DNI figure como varón.

-¿Cómo se inició esta colaboración con Arelas?

-La presidenta de Arelas, Cristina Palacios, y yo coincidimos como relatores en unas charlas. En un determinado momento me habló de Pablo y de su familia. Empezamos a trabajar en el modelo de solicitud. Fue un proceso largo, tuvimos que revisar muchas sentencias y autos. Arelas me facilitó incluso material del que desconocía su existencia. Realmente fue un trabajo de investigación que concluyó en una solicitud de 13 páginas muy fundamentada.

-Después de varios autos autorizando el cambio de nombre, ¿cómo se les ocurrió solicitar también el de sexo?

-Tenemos que compartir el mérito Cristina Palacios y yo. Ella me planteó si era posible. Partíamos de la base de que ya había dos o tres casos fuera de Galicia. En parte fue como consecuencia de la valentía de Cristina. Lo vimos factible y nos embarcamos en la solicitud. Hay que reconocer que teníamos el apoyo del Tribunal Supremo, que aceptó el 10 de mayo de este año un recurso de inconstitucionalidad de la Ley Reguladora de Rectificación Registral porque excluía a los menores. Todavía no hay pronunciamiento. Tenemos parte del camino recorrido, pero sería importante que la actual normativa dé cabida a los menores.

-¿En qué está sustentada la solicitud?

-Está basada en textos de la Unión Europea, en autos españoles, y en la Ley 3/2007 de 15 de marzo de rectificación registral, que hace referencia a la disforia de género.

-La presidenta de Arelas condena esta palabra, «disforia», porque dice que es convertir en patología la transexualidad...

-Yo normalmente tampoco la uso. Coincido con Cristina Palacios en que no hay que emplearla, pero en la solicitud no nos quedó más remedio que hacerlo porque la Ley de Registro Civil del 2007 dice que el primer requisito para cambiar el nombre es que esté avalado por un diagnóstico de disforia. Aunque no nos guste, tuvimos que adaptarnos a las reglas de juego para conseguir el fin que nos habíamos propuesto.

-¿Qué fue lo que perseguían con esta doble solicitud?

-Pedíamos una rectificación judicial del sexo y del nombre, que fue lo que concedieron. Todavía nos quedan muchos pasos por dar y, si no hay problemas, va a ser sencillo.

-¿Qué pasos son esos?

-El principal es que ahora Pablo tiene la obligación legal de hacer todos los documentos de nuevo, empezando por el DNI, en el que ya figurará con su nombre y con el sexo que le reconoce el auto del Registro Civil.