El presidente de la Xunta ve «ridículo» que Galicia cambie de huso horario respecto a Baleares o Portugal
28 oct 2016 . Actualizado a las 15:55 h.Este domingo a las tres de la madrugada serán las dos. Así ocurrirá un otoño más. Para una gran mayoría de los ciudadanos esta convención europea supondrá un leve desajuste vital y la constatación de que cambiar el reloj del coche o de cualquier electrodoméstico no inteligente sigue siendo bastante complicado. Pero la clase política, en este caso la de Baleares, animada por su vocación de defender los intereses de sus votantes más cercanos, le ha dado una nueva dimensión a la utilización estratégica de los husos horarios para reivindicar que no se muevan más las agujas del reloj. Su argumento, que huye en principio de los condicionantes económicos, incide sobre todo en una cuestión de calidad de vida, vinculada al aprovechamiento de la luz para realizar las actividades diarias en el exterior, aunque no disfrazan que esta medida podría tener repercusiones positivas en el creciente turismo que no entiende de estaciones y que también busca en otoño e invierno las mesuradas temperaturas de las islas. Esta propuesta provocaría que mientras en Mallorca son las dos de la tarde, en Galicia el reloj marcaría la una y en Valença do Minho sería mediodía.
Romper la unidad horaria
«Isto non é Estados Unidos, nin sequera a Unión Europea. España é un país de tamaño mediano, polo que é ridículo que Palma teña un fuso horario diferente a Vigo», ejemplificó el presidente de la Xunta en funciones, terciando en una polémica que también tiene su vertiente gallega. El BNG y En Marea verían con buenos ojos alinear los relojes autonómicos con Portugal, y a Núñez Feijoo le parece bien cualquier debate siempre que no suponga romper España a nivel horario, excepción hecha de Canarias. Y para remarcar su reflexión, espetó a los periodistas que seguían la rueda de prensa posterior al Consello da Xunta: «Eu non son portugués, son español».
Feijoo, invitado a opinar sobre el asunto, hizo equilibrios para moverse entre el plano político y el divulgativo. De hecho, para el jefe del Ejecutivo el debate interesante es el de los horarios de vida españoles y no el de los husos, y recordó un hecho a los diputados baleares que aprobaron esta declaración: la diferencia entre el ocaso en el archipiélago y en Galicia es de 50 minutos, así que de ninguna manera apoyará otra opción que no pase por tomar las uvas todos juntos y a su hora por el reloj de la Puerta del Sol. O de la Berenguela.