Contra la larga vida de las toallitas

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

EFE

La OCU pide su retirada porque sus estudios niegan que sean desechables y biodegradables

28 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Limpian mejor, tienen una fragancia agradable y son muy prácticas. Sin embargo, las toallitas húmedas desechables están ocasionando un grave problema económico y medioambiental que ahora se ha visto refrendado por un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que denuncia la publicidad engañosa de este producto, «que ni es desechable ni biodegradable», y pide su retirada.

Tras analizar una quincena de marcas específicas para la higiene infantil -muchas de las cuales incluso presumen de que se desintegran rápidamente- se ha comprobado que solo se disgregan un 36 % tras dos días en el agua, mientras que el papel higiénico desaparece casi por completo (95 %) cuanto se tira por el inodoro. Además, ninguna de las toallitas testadas se degrada más del 5 % después de dos meses de su utilización, cuando debería de hacerlo en un 60 % para considerarse biodegradable.

Esta situación es debida a que, además de celulosa, estos productos contienen fibras sintéticas y sustancias que impregnan el tejido (conservantes, surfactantes, hidratantes...) que impiden su descomposición. El resultado se traduce en un verdadero atentado contra el medio ambiente, ya que se ha demostrado que las toallitas pasan al agua residual y acaban contaminando los ecosistemas con microplásticos.

El problema es todavía mayor si se desechan por el inodoro, puesto que provocan importantes atascos en la red de saneamiento, cuyo arreglo supone un gasto de 200 millones de euros en España y más de 1.000 millones en toda Europa. De hecho, se calcula que en una ciudad media de 300.000 habitantes se tiran por el váter unos 8.000 kilos de toallitas al día, lo que acaba derivando en la continua obstrucción de las tuberías y depuradoras.

El episodio más destacable tuvo lugar hace apenas unos días en Murcia, donde un enorme tapón formado por 350 kilos de toallitas provocó el desbordamiento de un colector en San Javier y llegó a inundar la carretera de acceso al aeropuerto. Este suceso ocurrió meses después de que esta comunidad hubiese iniciado una campaña de sensibilización para pedir a los vecinos que no se deshiciesen de ellas por el inodoro. En Valencia -donde cada año se tiran tres toneladas de toallitas- incluso han ido más lejos y han redactado una ordenanza municipal que multa con 3.000 euros a quien se pille arrojándolas a la red de saneamiento. 

Exfoliantes

El caso de las toallitas es similar al de las microperlas, pequeñas esferas de plástico que son utilizadas como exfoliantes para el lavado de la cara, en pastas de dientes, desodorantes y otros productos de belleza, y que tampoco son biodegradables una vez que se desechan. Tras analizar las múltiples consecuencias medioambientales que ocasionan, el Gobierno estadounidense prohibía su uso a finales del año pasado.