«Es imposible entrar en un sitio tan sucio como la guerra y salir limpio»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

SANDRA ALONSO

La respuesta que ha tenido Europa ante la crisis de los refugiados, explica este facultativo, «se califica sola»

16 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Médicos sin Fronteras (MSF) acude a aquellos conflictos «en los que no trabajan otros actores». Son las zonas de mayor mortalidad, guerras olvidadas de países que la mayoría de los ciudadanos ni siquiera saben situar en el mapa. Su nuevo presidente en España, David Noguera (Inglaterra, 1974), huye de la demagogia política y lanza dardos sin anestesia: Europa ya no es la garante de derechos fundamentales, y es difícil entender que países con la mejor tecnología como Arabia Saudí o EE.?UU. ataquen «por error» sus hospitales.

-¿Los últimos conflictos han elevado la solidaridad?

-No tengo constancia, además, ¿qué entendemos por «últimos»? Siria lleva cinco años y en Yemen estamos en la sexta o séptima rebelión. Lo que sí sé es que durante los años de crisis el número de socios ha seguido aumentando. En un momento en el que sería fácil justificar el discurso de primero los de casa, no ha sido así. Creo que estamos en un proceso en el que la gente se está empoderando y considera que MSF es una buena opción porque tenemos credibilidad.

-¿Cómo calificaría la respuesta de Europa a la crisis de los refugiados?

-Se califica sola. Europa se comprometió a recibir a 200.000 refugiados y lleva 10.000, y España a acoger a 18.000 en el 2015 y llevamos unos 427. La palabra es triste, he tenido la oportunidad de viajar por el mundo y soy consciente de que la UE es un referente de derechos y libertades, y ahora es al contrario. Es preocupante que ya no sea el ejemplo de garante de derechos fundamentales que eran incuestionables y nacieron aquí tras la Segunda Guerra Mundial, como el derecho al asilo o al refugio.

-¿Qué cesiones debe hacer Médicos sin Fronteras con Gobiernos o grupos armados para poder trabajar en algunos países?

-Hay una cosa que es necesario entender de una forma clara: es imposible entrar en un sitio tan sucio como la guerra y salir limpio. Eso es así y siempre tienes que hacer concesiones. Pretender aterrizar en una guerra y creer que porque eres de Médicos sin Fronteras a tu alrededor se crea una zona de bondad y justicia no tiene sentido.

-¿Qué se negocia?

-Son cesiones directas e indirectas. A veces nos pueden manipular. Un supuesto, soy un líder rebelde y conquisto un territorio. MSF quiere poner hospitales y el líder piensa: si les dejo la gente estará contenta y pensará que soy bueno. Si nos piden dinero, no cedemos; y tampoco si nos dicen que contratemos a estos trabajadores. Pero hay métodos sutiles; por ejemplo, nosotros contratamos y ellos van a estos empleados y les dicen dame el 10 %, y como digas algo, mato a tu familia. Es así.

-Hospitales de MSF y barcos atacados por Gobiernos aliados. ¿Ve una estrategia detrás?

-No tengo elementos para decir que fueron premeditados. En el ataque de Estados Unidos al hospital de Kunduz había enfermos talibanes, pero también del Ejército afgano. Cuando llegan al hospital se les pone un pijama y son pacientes, no porque lo diga MSF, sino porque lo dice el derecho internacional; el hospital es un entorno seguro. Que un asesor militar, saudí, americano o talibán, diga: «Esto es la guerra y si está alguien del ISIS me da igual bombardear a 10 médicos y a 30 pacientes» lo podría entender en la lógica de la guerra, pero me preocuparía mucho que la sociedad validara este mensaje.

-Se han ido de Yemen por el peligro que supone: ¿lo han hecho de más países?

-No nos hemos ido, hemos retirado a los equipos de los hospitales del norte, pero estamos en otras zonas y valorando ya si podemos hacer una reentrada.

-¿Hay lugares donde ni entran?

-Hay países en los que históricamente nunca hemos podido entrar, Corea del Norte es el paradigma. Hace años que pedimos autorización y de momento no lo hemos conseguido. Eritrea nos ha costado mucho históricamente, y por seguridad ahora mismo en Somalia no tenemos operaciones, tras el secuestro de dos compañeras españolas y el asesinato de dos de otra sección.

-¿Cómo se prioriza?

-Intentamos ir a las zonas con mayor sufrimiento y mortalidad, y otro de los criterios relevantes es la ausencia de otros actores: nos parece importante trabajar en donde no hay nadie. Créeme que lo más duro de nuestro trabajo es no ir a un sitio.