Los organizadores despacharon ayer más de 600 kilos del preciado crustáceo do Roncudo en su fiesta gastronómica
10 jul 2016 . Actualizado a las 20:40 h.«Bótame máis que é a primeira vez que veño», «bótame máis que veño todos os anos», «bótame máis que están moi ricos»... Cualquier disculpa era buena ayer en Corme para tratar de exprimir al máximo los 17 euros que costaba la ración del preciado percebe do Roncudo. Pero los voluntarios que cambiaban los tiques comprados previamente por platos de barro repletos de crustáceos -y cachelos, que todo ayuda a dar volumen al menú- rechazaban sin perder la sonrisa cualquier favoritismo a las personas que se acercaban hasta la nave de la cofradía.
A eso de las dos de la tarde eran ya contados los huecos que se podían ver entre el millar de asientos dispuestos bajo la carpa próxima. La localidad pontecesana hervía en bullicio, y en calor, con una cita que suma 24 ediciones y en la que conviven dos celebraciones: la gastronómica, con epicentro en el muelle y clientela preferentemente veterana y familiar, y la más lúdica y desenfadada, repartida por los bares y calles de Corme y protagonizada por infinidad de grupos jóvenes convenientemente identificados con camisetas de llamativos colores y lemas: «Percebe da alas», «Welcome to the fabulous Corme»... Nada extraño en un pueblo que, según recordó el guionista cormelán Chema Gagino en su pregón, «ten dous entroidos, dous fins de ano, e tres festas patronais». A falta de poder comprobar si, como afirmó Gagino, la fama de la fiesta ha llegado a oídos de una estrecha colaboradora de Steven Spielberg, lo que sí se pudo constatar ayer es que su tirón va a más: «Vengo de San Sebastián a pasar unos días con la familia y he buscado que cuadrasen con la fiesta», relataba una veterana emigrante mientras recogía su ración. «Es la primera vez que venimos y estamos deseando probarlos. ¿Esto como se come, con cuchillo y tenedor?», bromeaban a continuación una pareja de jóvenes coruñeses tras hacerse con otra pequeña muestra de los más de 600 kilos de percebes que un ejército de voluntarios había comenzado a preparar dos horas antes. También la conselleira de Infraestructuras, la pontecesana Ethel Vázquez; el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso; y el diputado estatal Ricardo García Mira se dejaron ver ayer en Corme, aunque ninguno pudo robarle protagonismo al rey de la fiesta. «Máis percebes e menos patacas», se podía escuchar a modo de última súplica entre el creciente barullo festivo.