El papa: «Un Estado debe ser laico. Los Estados confesionales acaban mal»

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ETTORE FERRARI | efe

Francisco criticó la integración musulmana de Bruselas, que tachó de «guetización».  «Los terroristas eran belgas, hijos de inmigrantes, pero que crecieron en un gueto»

18 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta vez ha sido en una entrevista a la revista católica francesa La Croix. En ella, el papa volvió a llevar la contraria a la Iglesia o, cuando menos, a gran parte de la Iglesia católica en gran parte del mundo. Defendió la laicidad del Estado, algo que prefiere a la confesionalidad, que siempre acaba mal: «Un Estado debe ser laico. Los Estados confesionales terminan mal. Esto va contra la historia». Lógicamente, el pontífice quiere un Estado laico que permita y defienda la práctica religiosa, como el uso del velo por parte de una mujer musulmana o de la cruz por parte de un católico: «Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar». Hablaba en ese punto sobre Francia, definición de Estado laico, pero que comete «exageraciones» por considerar las religiones como una «subcultura».

Para el pontífice es del Parlamento y no de los textos sagrados de donde deben emanar las leyes -«el Parlamento es el que debe discutir, argumentar, explicar, dar razones. Es así como crece una sociedad»- pero «una vez que la ley ha sido aprobada, el Estado también debe respetar las conciencias. El derecho a la objeción de conciencia debe ser reconocido dentro de cada estructura jurídica, porque es un derecho humano. También para un funcionario público», puntualizó.

Guetos en Bruselas

En la entrevista salieron otros muchos asuntos, todos de actualidad, especialmente la integración de inmigrantes y de personas de diferentes religiones en Europa. El papa es un firme defensor de la emigración -ante el Congreso de Estados Unidos recordó que «todos somos emigrantes»- pero entiende que Europa comete un error si quiere reunir a todos los inmigrantes en un mismo lugar. Eso es crear guetos, que a la larga pueden tener consecuencias desastrosas, y puso de ejemplo el caso de Bruselas: «La peor forma de acogida es la guetización. Al contrario, es necesario integrarlos. En Bruselas, los terroristas eran belgas, hijos de inmigrantes, pero que crecieron en un gueto», manifestó.

En el otro extremo estaría, dice Bergoglio, el caso del nuevo alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan: «Tomó posesión en una catedral y probablemente será recibido por la reina. Esto muestra la importancia de que Europa recupere su capacidad de integración», recalcó. Y es que el papa asegura que musulmanes y cristianos pueden vivir en paz.

Un mercado libre «no funciona»

Pero además de si Europa puede o no absorber a todos los que llaman a su puerta, el papa apuntó: «La pregunta de fondo que hay que hacerse es por qué hay tantos migrantes ahora. Los problemas iniciales son las guerras en el Medio Oriente y en África, y el subdesarrollo del continente africano, que provoca el hambre. Si hay guerras es porque hay fabricantes de armas (que pueden ser justificadas para propósitos defensivos) y sobre todo traficantes de armas».

Y más, hay guerra y hambres porque «el 80 % de las riquezas de la humanidad está en manos del 16 % de la población. Un mercado completamente libre no funciona. Los mercados en sí son un bien, pero exigen una parte tercera o un estado que los vigile y equilibre».