Utilizando el satélite Caliop de la NASA, los científicos estudiaron el tipo de nube de fase mixta, las compuestas por gotas de agua extremadamente frías y pedazos de hielo. La relación entre ambos componentes hace que estas formaciones reflecten más o menos la radiación solar y, por tanto, ayuden a moderar el calentamiento. El problema es que los datos extraídos desvelan que se habría sobreestimado esa capacidad de enfriar, lo que produciría errores en los modelos que predicen cuánto aumentará la temperatura del planeta.
Reflector de las radiaciones
«Las estimaciones de la capacidad de las nubes de devolver a la atmósfera parte de la radiación del Sol tienen muy poco detalle», explica Roberto Rondanelli, uno de los autores del trabajo. Esto se debe a que la forma de estudiar esta capacidad de las nubes de actuar como reflector de las radiaciones solares es muy limitada. «Hoy se utilizan satélites, por lo que solo se ve el exterior de las nubes. Utilizar aviones que las atraviesen para medir su interior sería lo ideal, pero tiene un alto coste», añade el investigador.