Andalucía obligará a los profesores a hablar de «alumnos y alumnas»

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La Inspección Educativa velará por el cumplimiento del lenguaje no sexista

06 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alumnos y alumnas, por los alumnos; niños y niñas, por niños, el profesorado, por el profesor; equipo directivo, por dirección; tutoría, por tutor; la persona becada, por el becario; la plantilla o personal, por los trabajadores; la persona interesada, por el interesado... Son solo algunos ejemplos de lenguaje no sexista, cuyo uso se recomienda en las guías publicadas por todas las comunidades autónomas para que sus funcionarios puedan dirigirse con propiedad al público que atienden y que han incorporado, a partir de la ley de Igualdad del 2007, desde universidades a sindicatos, centros de enseñanza e instituciones de todo tipo. El uso de estos términos por los más comunes que indican preferencias de género es lo deseable y lo que se intenta promover desde hace años con mayor o menor éxito, pero para los estudiantes y profesores de Andalucía su empleo no será una opción, sino una obligación.

Es lo que se deduce del tercer plan de Igualdad de Género en Educación aprobado por la Junta andaluza para reforzar las medidas ya existentes destinadas a erradicar las actitudes sexistas. De lo que se trata es, según avanzó el Diario Sur, de «impulsar y favorecer la práctica escolar inclusiva y equitativa, mediante la utilización de un lenguaje no sexista en sus expresiones visuales, orales, escritas y en entornos digitales». Solo que, por si algún docente o alumno no se aplica lo suficiente, la Inspección Educativa se encargará de velar por el buen uso del lenguaje inclusivo.

La normativa es clara sobre su obligación de cumplimiento: «Es preceptivo el uso no sexista del lenguaje y no podemos actuar con permisividad a su cumplimiento», según desvelaron fuentes de la Consejería de Educación. Las autoridades educativas andaluzas son conscientes de que se trata de un «cambio cultural» para el que se necesitará tiempo debido a la resistencia a «superar valores dominantes», por lo que ante el incumplimiento de la norma se plantea en primer término información y difusión de la misma. Pero también, superada esta fase, la «denuncia de los incumplimientos».

Y en este aspecto es en el que se vaticina el conflicto. ¿Cómo controlarán los inspectores que la comunidad educativa aplique el lenguaje no sexista? «Los inspectores deben corregir, no penalizar, y a los profesores se les debe dotar de medios para poder trabajar de una manera transversal, sin que afecte a la libertad de cátedra o contenidos curriculares», según explicó al diario Sur Andrés Alcázar, del sindicato CSIF.

Libros no sexistas en el País Vasco

Andalucía ha dado un paso más para incorporar el lenguaje no sexista en las aulas, pero no es la única comunidad que se distingue en este ámbito. También es pionero el País Vasco, cuya Ley para la igualdad de mujeres y hombres recoge expresamente que los libros de texto y demás material didáctico debe hacer un «uso no sexista del lenguaje, y en sus imágenes garantizar una presencia equilibrada y no estereotipada de mujeres y hombres».

La RAE criticó que se conculcasen «aspectos léxicos asentados»

La cada vez mayor implantación de guías con recomendaciones para el uso de un lenguaje no sexista se encontró hace cuatro años con el rechazo de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), que en un informe que dedicó a analizar los textos criticó las directrices contenidas en ellas por inviables. «Si se aplicaran las directrices propuestas en sus términos más estrictos no se podría ni hablar», destacó el trabajo de la RAE. «Conculcan -añade- aspectos gramaticales o léxicos que están firmemente asentados».

«Es imprescindible que forme parte del currículo, desde primaria a la universidad»

«La guía de lenguaje no sexista de la Universidade da Coruña no tiene un carácter prescriptivo, pero cumplirla es una exigencia de tipo moral», explica Rosa Cobo Bedía, directora del Centro de Estudos de Xénero e Feministas de la UDC y del Máster de Xénero e Políticas de Igualdade, que sí valora positivamente el esfuerzo del rectorado y del profesorado en cumplir con los consejos de guía, textos que también tienen en vigor las demás universidades gallegas.

Cobo no cree que obligar al cumplimiento de las normas de lenguaje no sexista sea el camino más adecuado, pero sí considera que es necesaria una mayor sensibilización y apoyo por parte de todo el sector educativo para avanzar en el objetivo de la igualdad. «No sé hasta que punto -dice- se puede obligar o no, pero es imprescindible que el lenguaje no sexista forme parte del currículo de la enseñanza primaria, secundaria y de la Universidad. El profesorado de estos tres niveles educativos tiene que tener formación sobre el significado político y social que tiene la desigualdad de género, y una causa de esta desigualdad es el lenguaje». En este sentido, entiende que «sí tiene que ser obligatoria la formación en igualdad y que esta formación tiene que estar recogida en los currículos escolares y educativos».