La falta de promoción desanima a docentes y doctores universitarios

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

ALVARO BALLESTEROS

Aseguran que Galicia queda a la cola en investigación y oferta de oportunidades

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo los alumnos han levantado el hacha de guerra -en la Universidad de Santiago llevan un mes de movilizaciones para pedir más profesores y una mejora en la calidad de la enseñanza-; también sus profesores y los investigadores están visiblemente insatisfechos por la falta de oportunidades que les ofrece tanto la Xunta como las universidades gallegas, ya sea en el campo de la investigación como en el de la promoción interna.

En torno a 150 aspirantes a cátedra de la USC irrumpieron hace unas semanas en el Consello de Goberno para reclamar que se convoquen plazas, tras varios años con el proceso paralizado. Son profesores universitarios que han superado todos los requisitos que se les exige para obtener una cátedra, pero algunos optaron por continuar su carrera en el extranjero. Es el caso de Marta Requejo, licenciada en Derecho internacional que, cansada de esperar por la convocatoria, se fue a Luxemburgo, donde trabaja en un instituto de derecho procesal. Quería saber si su currículo tendría valor en el extranjero, «porque lo que valía en España ya lo sabía; bastaba con ver las posibilidades de promoción que tenía en Santiago», sostiene. Y emigró porque «quedarme sería una penuria».

La USC no les niega su parte de razón, pero aduce que se había acordado, tras muchos años sometidos a un plan de austeridad que impedía aumentar personal, priorizar la contratación de profesores. Además -según José Pereira, vicerrector de Comunicación-, cada plaza de catedrático implica una reserva en los presupuestos de 70.000 euros, y las arcas de Fonseca no se pueden permitir en la actualidad ese desembolso. Se promete que el curso que viene saldrán plazas, pero no se garantiza cuántas.

Los ánimos tampoco son mejores en el campo de la investigación. En la época del bipartito se convocaron las becas Ánxeles Alvariño a las que se acogieron doctores de las tres universidades gallegas. Los contratos tenían tres años de duración, dos en el extranjero y el último, de retorno en las universidades gallegas. Casi medio centenar de investigadores que se beneficiaron de los mismos llevan años denunciando que no se les volvió a dar una oportunidad; aunque la Xunta sacó nuevas becas, los requisitos les impedían optar a ellas. «Traballas sen seguridade algunha de se poderás finalizar o teu proxecto», denunciaba esta semana una de las afectadas.

Estabilidad automática

Cuentan con el apoyo de las universidades gallegas. Aunque la de Santiago aclara que desde el ámbito universitario no se puede defender la estabilidad automática, «si estamos de acordo en que se podan continuar as liñas de investigación abertas e en que se lles dea a todos a oportunidade de optar ás becas». Y en este sentido, los vicerrectores de las tres universidades hicieron una petición a la Xunta para que las nuevas convocatorias se abriesen a los investigadores que quedaron descolgados hace años.

Desde la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria se dice que los investigadores de las becas Ánxeles Alvariño «puideron rematar a súa formación e incluso se lles deu a posibilidade, xa co Plan I2C vixente, de realizar un ano máis». Añade que a través de ese nuevo plan se concedieron 311 contratos posdoctorales financiados al cien por cien por la Xunta, y que este año se abrió una nueva convocatoria dotada de 8,7 millones que permitirá formalizar 75 contratos más.

En el fondo de la cuestión está la calidad y excelencia de las universidades gallegas, principalmente de la de Santiago, con más de cinco siglos de historia. Pero ni la USC, ni Vigo y A Coruña figuran entre los 150 mejores campus del mundo.