Conquistar un misterio de 357 años

Borja Robert COLPISA

SOCIEDAD

El británico Andrew Wiles gana el Premio Abel, el nobel de las matemáticas, por «su impresionante demostración» del último teorema de Fermat

15 mar 2016 . Actualizado a las 22:14 h.

Aunque se puede escribir en apenas ocho caracteres y formular en un par de frases, el último teorema de Fermat sobrevivió 357 años sin que nadie supiera si era cierto. Se convirtió en uno de los grandes misterios de la humanidad porque su autor, uno de los matemáticos más importantes de todos los tiempos, anotó en el margen de un libro que se le había ocurrido una demostración, pero esta nunca apareció por ninguna parte. Ahora se sabe que el teorema es cierto y que Fermat estaba equivocado. Que, muy probablemente, nunca estuvo cerca de poder demostrar de verdad lo que él mismo había propuesto.

Hicieron falta tres siglos de avances y el trabajo obsesivo -siete años sin salir de casa, sin ordenador ni teléfono- de un matemático británico para confirmarlo y permitir al mundo pasar de página. Este martes, la Academia de las Ciencias de Noruega concedió el Premio Abel -el 'nobel' de las matemáticas- a Andrew J. Wiles, en las propias palabras de tribunal, por «por su impresionante demostración del último teorema de Fermat mediante la conjetura de modularidad para las curvas elípticas semiestables, iniciando una nueva era en la teoría de números».

Alain Goriely / Mathematical Ins
 Entre los miembros de jurado estaba la matemática española Marta Sanz-Solé, investigadora de la Universidad de Barcelona. «Puede parecer que demostrar estos teoremas solo es un juego, pero es mucho más. Las técnicas que inventó Wiles para poder hacerlo han marcado una era y han abierto nuevos caminos en la investigación de la teoría de números», explica. El galardón lleva, además del prestigio, un premio asociado de unos 600.000 euros. Sanz-Solé explica que el premio Abel llega para suplir una carencia de la investigación matemática. No hay Nobel para esta disciplina y el premio más prestigioso, la medalla Fields, solo se concede a menores de 40 años. Wiles se quedó sin ella porque superaba la edad máxima. «El descubrimiento lo valía. Resolvió un problema pendiente desde hacía siglos».

El propio Wiles había descubierto el teorema durante su infancia en Cambridge, antes de formarse como matemático. Con diez años lo leyó en la biblioteca y lo comprendió. «En ese momento supe que nunca me desprendería del problema», afirmó el matemático cuando lo demostró, en 1994. «Tenía que resolverlo».

En sentido estricto, explica Sanz-Solé, Wiles ni siquiera demostró el Teorema de Fermat sino otro, denominado Teorema de Taniyama-Shamimura. «Estaban relacionados el uno con el otro, así que sabíamos que demostrar este último servía para demostrar automáticamente el primero», aclara la matemática.