El británico Andrew Wiles gana el Premio Abel, el nobel de las matemáticas, por «su impresionante demostración» del último teorema de Fermat
15 mar 2016 . Actualizado a las 22:14 h.Aunque se puede escribir en apenas ocho caracteres y formular en un par de frases, el último teorema de Fermat sobrevivió 357 años sin que nadie supiera si era cierto. Se convirtió en uno de los grandes misterios de la humanidad porque su autor, uno de los matemáticos más importantes de todos los tiempos, anotó en el margen de un libro que se le había ocurrido una demostración, pero esta nunca apareció por ninguna parte. Ahora se sabe que el teorema es cierto y que Fermat estaba equivocado. Que, muy probablemente, nunca estuvo cerca de poder demostrar de verdad lo que él mismo había propuesto.
Hicieron falta tres siglos de avances y el trabajo obsesivo -siete años sin salir de casa, sin ordenador ni teléfono- de un matemático británico para confirmarlo y permitir al mundo pasar de página. Este martes, la Academia de las Ciencias de Noruega concedió el Premio Abel -el 'nobel' de las matemáticas- a Andrew J. Wiles, en las propias palabras de tribunal, por «por su impresionante demostración del último teorema de Fermat mediante la conjetura de modularidad para las curvas elípticas semiestables, iniciando una nueva era en la teoría de números».
El propio Wiles había descubierto el teorema durante su infancia en Cambridge, antes de formarse como matemático. Con diez años lo leyó en la biblioteca y lo comprendió. «En ese momento supe que nunca me desprendería del problema», afirmó el matemático cuando lo demostró, en 1994. «Tenía que resolverlo».
En sentido estricto, explica Sanz-Solé, Wiles ni siquiera demostró el Teorema de Fermat sino otro, denominado Teorema de Taniyama-Shamimura. «Estaban relacionados el uno con el otro, así que sabíamos que demostrar este último servía para demostrar automáticamente el primero», aclara la matemática.