Japón aún tardará cuatro décadas en desmantelar la central de Fukushima

Takehiko Kambayashi JAPÓN / DPA

SOCIEDAD

El Gobierno mantiene su apuesta por la energía nuclear cinco años después del desastre

12 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco años después de que un terremoto y posterior tsunami dejara más de 20.000 muertos y causara la segunda catástrofe nuclear más importante de la historia después de Chernóbil, Japón mantiene su plan de reabrir de forma programada sus centrales nucleares ante la escasez de otras fuentes energéticas en el país, miles de personas que fueron desplazadas de Fukushima continúan lejos de sus hogares y el desmantelamiento seguro de los cinco reactores dañados está aún muy lejos de conseguirse. De hecho, siguen existiendo fugas radiactivas hacia el mar y en la costa nipona se registran a día de hoy niveles de radiactividad entre 10 y 100 veces superiores a los normales. Con este panorama Japón conmemoró ayer el quinto aniversario de la catástrofe. Lo hizo en silencio, y aún con mucho dolor en recuerdo de las víctimas, en cuyo honor se guardó un minuto de silencio en todo el país. También lo siguieron los trabajadores encargados de las complicadas labores de desmantelamiento.

En la ceremonia de Tokio, el emperador Akihito, la emperatriz Michiko, el primer ministro Shinzo Abe y otros participantes en la ceremonia oficial inclinaron sus cabezas en señal de homenaje. «Han pasado cinco años desde la catástrofe; más de 20.000 víctimas han perdido la vida», declaró el emperador Akihito en la ceremonia, junto a la emperatriz y frente a un inmenso parterre de flores blancas y amarillas, alrededor de una estela de homenaje.

Fue un momento para el dolor, pero también para la reivindicación. «En Fukushima, cerca de 100.000 personas no han vuelto a su casa. Muchas no podrán hacerlo, y el gobierno sigue minimizando el nivel de radiactividad. Es trágico e inaceptable», critica Junichi Sato, director ejecutivo de Greenpeace Japón.

El gobierno nipón reconoce que, por el momento, se ha construido menos de la mitad de las 30.000 viviendas prometidas para los desplazados desprovistos de medios para realojarse.

El siniestro de Fukushima movilizó al país en contra de la energía nuclear, pero el Gobierno, ajeno a esta demanda social, mantiene su apuesta por ella. En los últimos meses, el Ejecutivo de Shinzo Abe ha ordenado la reactivación de algunos reactores, argumentando que son esenciales para el suministro energético del país. «Nuestro país, que es pobre en recursos, no puede prescindir de la energía nuclear», dijo Abe.

El debate, no obstante, sigue siendo intenso. Prueba de ello es que solo esta semana, un tribunal ordenó el cierre de dos reactores nucleares declarados previamente como seguros.

Mientras tanto, la planta fatalmente azotada por el terremoto y posterior tsunami afronta un largo e incierto proceso de desmantelamiento, una tarea que se prolongará durante cuatro décadas a la que se suman los problemas de contener los vertidos de agua radiactiva y de retirar y almacenar el combustible nuclear.