Chinchín por el Festival de Ortigueira

juan López Dans REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CÉSAR TOIMIL

El Festival de Ortigueira es una de las citas más atractivas que ofrece Galicia al resto de España y al mundo. Y lo viene haciendo desde hace casi cuarenta años. La Voz homenajea ese encuentro musical con el vaso, adornado con una ilustración de Pinto&Chinto, que se repartirá este domingo con el diario.

11 mar 2016 . Actualizado a las 11:29 h.

«Non estaba mal, darlle aire á gaita coa máquina da gasolinera», dice Marías, gaiteiro y animador cultural, al brindar con el vaso ilustrado por Pinto&Chinto que se repartirá este domingo con el periódico. El vaso rinde homenaje a una de las fiestas más emblemáticas de Galicia, el Festival de Ortigueira, y Marías vive como pocos ese acontecimiento que convoca cada mes de julio a miles de personas de toda España y de otros muchos países.

Marías, nombre de guerra pero también familiar, participó en la organización del festival desde su primera edición, en el año 78. «Organizámolo os primeiros seis anos e, aínda que hoxe xa non estou na organización, como son músico, gaiteiro, zanfonista e formei parte da Escola de Gaitas de Ortigueira, que foi o xermolo do festival, sigo axudando en todo o que podo».

Ortigueira es una villa de personalidad marcada, ubicada en un entorno extraordinario, con una intensa vida cultural entre mediados del siglo XIX y mediados del XX y un patrimonio arqueológico impresionante, que se puede conocer visitando las muestras que exhibe la Fundación Federico Maciñeira.

El presente genera algunas dudas. De los 22.000 habitantes que registraba su censo en 1950, ha pasado a poco más de 6.000 en el 2015 (unos 10.000 si le sumamos los 4.100 de Cariño, que se segregó en 1988). Pero esas dudas se disipan en julio, cuando invaden la población de 20.000 a 30.000 visitantes entusiastas. «Ortigueira é distinto a canto festival hai por aí diante -dice Marías-. Eu, por exemplo, se vexo que actúa algún grupo que me interesa en Santander, ou en Viveiro, vou alí a velo. Pero cando se trata de vir a Ortigueira, a xente sabe que o da música está solucionado, non teñen nin que mirar o programa, porque o que os trae aquí é o ambiente, o entorno, a convivencia. Eu diría que o 80 % da xente que ven, descoñece os grupos que tocan. Ás veces o ambiente e a música do cámping de Morouzos superan o propio festival formal. Que se abra o bosque de Morouzos eses días para acampar é un luxo. E despois, o escenario Runas, que está pensado para os grupos promesa, ten un nivelazo que xa quixeran outros festivais como peza principal. E están as rúas, as prazas; bares como o Caracas, que na terraza se forman de cotío unhas jam sessions que non vexas...».

Marías concuerda con una observación que ya han hecho otros orteganos: el festival es en muchísimas ocasiones el destino del primer viaje a Galicia de jóvenes españoles y extranjeros. El impacto de Morouzos, de la ría protegida, de la atmósfera fraternal, es tan fuerte que muchos de ellos deciden conocer más de Galicia. Ortigueira es la puerta musical del país.

¿Y para este año, qué? «Para este ano -dice Marías-, de repente, un dos clásicos: Milladoiro. O festival e o grupo naceron da man. Este ano volven, e veñen tamén os escoceses Peatbog Fairies. Éxito asegurado». «Desde logo, para min -remata el músico-, mellor que Ortigueira non hai outro. Se Ortigueira non existise, e se fixese un festival de Ortigueira en outro lugar calquera, eu seguro que ía todos os anos».

La colección de La Voz consta de doce piezas: seis vasos altos y seis bajos. La que se ofrecerá el domingo, el vaso del Festival de Ortigueira, es la décima entrega y se trata de una de las piezas bajas. Todas se distribuyen al precio de 80 céntimos de euro, más el cupón del periódico.