Vuelven a la Tierra los dos astronautas que llevan un año en el espacio

Cristina García Casado EFE

SOCIEDAD

Atlas TV

Mijaíl Kornienko y Scott Kelly simularán el aterrizaje en Marte, bajarán por su propio pie y no recibirán ayuda de socorristas y médicos

01 mar 2016 . Actualizado a las 16:44 h.

El astronauta estadounidense Scott Kelly y su compañero ruso Mikhail Kornienko regresarán mañana a la Tierra después de 340 días en la Estación Espacial Internacional (EEI) como parte de una misión para comprobar la resistencia humana y determinar si sería seguro enviar personas al planeta Marte.

Está previsto que los dos astronautas y el comandante Sergey Volvok, que culmina 182 días en el espacio, lleguen a Kazajistán a las 23.25 horario del Este en Estados Unidos en una nave rusa Soyuz que partirá tres horas y media antes desde la EEI. Solo cuatro astronautas habían pasado hasta ahora un año o más en órbita en una sola misión, todos rusos y en la ya desaparecida estación espacial Mir, construida por la antigua Unión Soviética.

Los cosmonautas simularán un aterrizaje en Marte al regresar a la Tierra a bordo de una nave Soyuz rusa. Por primera vez, los astronautas abandonarán la cápsula de descenso por su propio pie y no recibirán ayuda de socorristas y médicos en las estepas de Kazajistán donde tomará tierra la Soyuz TMA-18M. «Nada más aterrizar, en el hospital de campaña deberé realizar una serie de pruebas: andar sin perder el equilibrio, hacer varias sentadillas y bajar escaleras. Es decir, hacer lo que posiblemente harán los miembros de la expedición a Marte», dijo Kornienko.

Explicó que dentro de dos o tres días, ya en la Ciudad de las Estrellas, a las afueras de Moscú, simulará el descenso en el planeta rojo y una expedición por la superficie marciana, con la ayuda de la escafandra «Orlan», diseñada especialmente para los viajes a Marte. 

El estadounidense Scott Kelly ostenta un doble récord: es el astronauta de su país que más tiempo consecutivo (340 días) y más tiempo total (520 días) ha estado en el espacio. «Podría quedarme otros cien días. Podría quedarme otro año si tuviera que hacerlo. Dependería de que lo que estuviera haciendo tuviera sentido, aunque tengo ganas de volver a casa», confesó Kelly en una reciente charla con periodistas desde la EEI.

Kelly y Kornienko han pasado un año en el espacio, pero la misión en la que participan es en realidad de tres. Un año antes de partir a la EEI, los dos astronautas comenzaron a participar en una serie de investigaciones encaminadas a entender mejor cómo responde el cuerpo humano a las largas estancias en el espacio. Entonces se les tomó muestras de sangre, orina y saliva, unas pruebas que se les han repetido durante su año en el espacio y a las que seguirán sometiéndose durante otros doce meses a su regreso.

Lo que se busca con esta misión es determinar si los astronautas podrían mantener su salud y capacidades durante largos periodos, como una exploración de Marte, y tras su vuelta a la Tierra. Se estima que una misión a Marte duraría al menos tres años, la mitad del tiempo en los trayectos de ida y vuelta y la otra mitad en el planeta.

Hasta ahora, los científicos solo tenían información sólida sobre cómo responde el cuerpo humano a la microgravedad durante seis meses, pero con esta misión se analizarán sus efectos durante un año, unidos a los del aislamiento y la radiación.

Con los resultados de esta investigación, se prevé comprender mejor cómo afecta estar un año en el espacio a, por ejemplo, la vista o la salud de los huesos, y qué medidas pueden tomarse para reducir o mitigar esos riesgos en un eventual viaje a Marte. Aunque no es la primera vez que un astronauta pasa un año seguido en el espacio, sí es la primera que se aplican nuevas técnicas como los estudios genéticos en una misión de larga duración.

Kelly y su hermano gemelo Mark, un astronauta retirado, participan en diez investigaciones sobre psicología humana, salud, microbiología y estudio molecular en las que se comparan sus datos, uno en el espacio y otro en la Tierra. A su regreso, Kelly y Kornienko tendrán que seguir un proceso de recuperación, en especial de los músculos y huesos, que pueden atrofiarse por la falta de gravedad.

Durante su estancia en la EEI, tenían un estricto régimen de ejercicios para combatir esos efectos y, una vez en la Tierra, deberán seguir un programa de recuperación. Entender cómo se recuperan los astronautas tras un largo periodo en el espacio también es clave para planear futuras misiones en las profundidades del Sistema Solar.

Kelly y Kornienko tenían muy vigilada la ingesta nutritiva en la EEI, y han pasado el último año comiendo alimentos en bolsas y bebiendo con pajita. «Tengo ganas de sentarme en una mesa y relajarme con mi familia y amigos sin tener que preocuparme de que la cuchara o la comida se vayan flotando», dijo Kelly a un entrevistador de la agencia espacial estadounidense (NASA) en enero. «De lo otro que tengo ganas es de ver el cielo desde abajo, del aire fresco, de la brisa y el sol en mi cara y del agua corriente», confesó este astronauta, que en el último año ha retratado desde la EEI acontecimientos históricos como la gran nevada de enero en la costa este de Estados Unidos y los ha compartido en Twitter.

En su activa cuenta en la red social, dejó su último mensaje antes de regresar: «Cuenta atrás. Estamos listos para un despertar. Tierra. ¡Voy hacia ti mañana! Buenas noches desde la Estación Espacial Internacional».

Se espera que Kelly vuelva a casa el miércoles sobre las 22.45 de Houston, donde será recibido con honores por la esposa del vicepresidente estadounidense, Jill Biden; el asesor del presidente en ciencia y tecnología John Holdren; el director de la NASA, Charles Bolden, y su hermano Mark.