Juanjo Vergara: «Está en la mano del equipo directivo movilizar a todos los profesores»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

benito ordoñez

El experto, que acude al encuentro InspiraTICs, cree que ya no hay vuelta atrás en la didáctica en el aula

17 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Juanjo Vergara lleva años enseñando a otros profesores a poner en marcha el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y acaba de publicar un libro, Aprendo porque quiero (SM), sobre cómo hacerlo paso a paso. Mañana, jueves, estará en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre para participar en el encuentro InspiraTICs, una jornada de formación para profesores que organiza la Plataforma Proyecta, el espacio educativo de la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

-¿Ha puesto en práctica el ABP?

-¡Claro! Soy maestro desde hace 29 años. He dado clase en primaria, secundaria, FP, adultos, en cárceles, en la universidad a futuros profesores... Y me he dado cuenta que donde mejor funciona la ABP es entre los alumnos que no están motivados, porque los que no tienen ningún problema ya vienen motivados de casa. Sin embargo es en los colegios privados donde más se está aplicando este sistema porque no se centra en la repetición sino que pretende trabajar la comprensión: son modelos de pensamiento de orden superior.

-En un centro privado hay que seguir las directrices de la dirección, pero, ¿cómo se anima a un profesor quemado que además es funcionario y tiene su plaza «asegurada»?

-El equipo directivo es el que tiene que liderar. A mí me piden que vaya a muchos centros públicos, porque hay un interés real por cambiar las cosas, pero yo siempre respondo lo mismo: tiene que estar el equipo directivo en la formación.

-¿Cómo se cambia el sistema de enseñanza? ¿Cómo se salta de asignaturas a proyectos?

-Paso a paso, pero en tres o cuatro cursos ya está estabilizado. Es una cuestión de ganas. El primer año se suele poner en marcha algo de prueba y para el curso siguiente ya se forman varios profesores, de tal forma que en el tercer año ya se normaliza; además, no todo se aprende por proyectos. Pero es importante que el equipo directivo sea la cabeza, lidere, porque no solo hay que enseñar por proyectos, hay que gestionar para los proyectos, eso es muy importante, organizar los horarios, facilitar la innovación... hay que priorizarlos.

-¿Qué consejo le da a un equipo directivo para que vaya incorporando a estos programas a los profesores más reticentes?

-Sabemos que va a haber un grupo que le emocione el ABP y otros que hagan cosas puntuales, que colaboren en momentos determinados, pero creo que está en la mano del equipo directivo movilizar a todos los profesores. Una forma de hacerlo es hablar durante los claustros de los proyectos que se desarrollan. Y pongo un ejemplo: en un instituto se hablaba de los proyectos, y uno de los profesores dijo que querían enseñar algo de la garganta a los alumnos y no sabían muy bien cómo; entonces, uno de esos maestros que no acababa de participar dijo algo así como «mi cuñada es otorrino, si queréis la aviso para que venga» y de este modo comenzó a colaborar.

-¿Qué habilidad necesita un profesor para hacer ABP?

-Capacidad para escuchar y complicidad. Que el alumno sienta que no le va a defraudar, que puede confiar en él.

-¿Y eso no es complicado?

-No. Porque los profesores quieren cambiar y los padres quieren colegios adonde sus hijos vayan contentos, como cuando eran pequeños. Al final, lo más difícil es cambiar el chip del currículo, la preocupación con el contenido, y entender que con su asignatura resuelven cosas que les preocupan a sus alumnos. Pero si un maestro está comprometido, no va a tener problemas.

-¿Y los alumnos? ¿Qué es lo que más les cuesta?

-¿La verdad? Confiar que la propuesta que los profesores les hacen es honesta. Un alumno que lleva diez años escolarizado en el sistema mira al profesor de reojo y lo primero que le dice es «¿pero esto cae en el examen?».

-Y ya puestos, ¿qué debe hacer la Administración?

-Muchas cosas, pero básicamente apostar por el ABP. Incluir laboratorios de innovación o crear redes de centros innovadores que se retroalimenten.