El acoso escolar se dispara en niños de infantil y primaria, alertan los psicólogos

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El uso de Internet entre escolares
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En secundaria, el 7 % de los alumnos gallegos admiten haber humillado a otros en Internet

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La revisión del caso de Diego González, un niño de 11 años que se suicidó el pasado mes de octubre en Leganés porque sufría presuntamente acoso escolar, está movilizando a educadores, psicólogos y Administración en un nuevo intento de coger por los cuernos un problema de envergadura que empieza a desconcertar a todos ellos por su generalización. Así, mientras el Gobierno en funciones presentaba el pasado 22 de enero el borrador del Plan Estratégico de Convivencia Escolar, que ha dejado bastante fríos a los profesionales, los psicólogos han empezado a alertar de que el problema de Diego no es excepcional y que el acoso escolar, que ya coincide en la mayoría de los casos con ciberacoso (a través de Internet), es un fenómeno en expansión que afecta a niños cada vez más jóvenes.

Nuevo modelo

También en los más pequeños. «El acoso no es igual que hace diez años. Se ha hecho más problemático, más dañino», sostiene José Antonio Luengo, profesor de Psicología en la Universidad Camilo José Cela, de Madrid, y uno de los mayores especialistas de España en este fenómeno. «Ahora estamos viendo que llega a niños de 8 a 10 años, que antes no entraban en ese escenario. Por desgracia, las influencias nocivas, los malos modelos, acaban llegando a los más pequeños», lamenta.

Araceli Oñate, directora del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo, confirma esta tendencia: «En los últimos dos o tres años hemos asistido a un aumento exponencial de acoso e incluso abuso por parte de niños de primaria a niños más pequeños que ellos, sobre todo de infantil. Chavales de 12 y 13 años que abusan de otros mucho más chicos». Es, en su opinión, «una nueva forma de acoso» que se mezcla «con el abuso» y se adereza «con situaciones graves de ley del silencio y todos contra uno».

Incidencia

Más casos de 3.º a 5.º de primaria. Iñaki Piñuel es psicólogo, profesor en la Universidad de Alcalá, tiene varias publicaciones sobre acoso escolar y fue director del informe Cisneros, un estudio sobre este problema realizado entre 25.000 niños de 14 autonomías. «Ya cuando medimos este asunto -explica- nos dimos cuenta de que el porcentaje de acoso se reduce con la madurez, y que donde está el mayor número de niños afectados es en 3.º, 4.º y 5.º de primaria».

Los datos

¿Cuántos menores acosan y son acosados? Las cifras dependen de que consideremos el acoso leve o el severo. Si incluimos los dos -no siempre es fácil identificar la fase inicial-, varios estudios, como por ejemplo el Cisneros, hablan de un 24 %. Es decir, uno de cuatro escolares sufriría algún tipo de acoso. Si nos ceñimos al severo, «la horquilla razonable, según todos los trabajos, se sitúa entre el 5 y el 10 %, que ya es un dato muy elevado», precisa José Antonio Luengo. El informe de referencia en Galicia, coordinado por el Valedor do Pobo, la Xunta, Amtega y la Universidade de Santiago entre 44.000 estudiantes de 12 a 17 años, encaja en esa horquilla: El 8,9 % de los encuestados admiten haberse sentido amenazados, acosados o humillados a través de Internet en el plazo de un año. Y además, un 6,8 % reconoce haber amenazado, acosado o humillado a otros.

El plan estratégico

Escepticismo entre los profesionales. El Gobierno en funciones acaba de presentar el borrador de un Plan Estratégico de Convivencia Escolar que incluye una guía para padres, formación de docentes y hasta un número de teléfono de atención al acosado. Los profesionales lo han recibido con escepticismo. «Cada vez que un niño se suicida por este tema sale el Gobierno con un plan contra el acoso escolar, pero sin medidas concretas -se queja Piñuel-. Ha sido así desde el 2004, pero falta siempre una voluntad real de medir preventivamente el acoso en cada aula». Araceli Oñate coincide con esto y dice que «solo seremos eficaces preguntado a cada niño mediante encuestas». Y matiza Piñuel que mientras no se haga, la situación será «irreversible».

Para Luengo, que valora «cualquier iniciativa que dé visibilidad al fenómeno, como el plan ministerial», recuerda que, en Finlandia, todos los años son obligatorias «diez sesiones de trabajo sobre el acoso escolar en cada clase». En ese país nórdico trabajan «sobre las competencias emocionales y, por tanto, con la prevención», y cree que «por ahí deberían incidir los planes». Sugiere además otra línea a seguir: «El problema no es que haya agresor y agredido, sino que los observadores demos un paso al frente y defendamos a la víctima». Por eso, la solución «no es un teléfono», sino convertir el colegio «en un centro de convivencia y cooperación».

Jorge Flores, director de la iniciativa PantallasAmigas, acepta también el plan estatal, pero advierte de que «por las competencias del Estado no será igual para todas las comunidades». Sugiere además que «cada centro debe tener su propio plan para la promoción de la convivencia».