Ganaderos de Vilar de Barrio vigilan de madrugada para prevenir los ataques de los lobos

sindo martínez XINZO / LA VOZ

SOCIEDAD

ALBERTO LÓPEZ

La progresión de ataques a las reses les ha oligado a tomar medidas

08 ene 2016 . Actualizado a las 17:28 h.

Ser propietario de reses ovinas o vacunas en zonas montañosas de Ourense como Baltar, A Mezquita, O Bolo, Viana, pero ahora también en plena llanura de A Limia, se está convirtiendo en un oficio de riesgo. La progresión de ataques de lobos durante los últimos meses en este municipio limiano ha llevado a algunos ganaderos a hacer guardias de madrugada para vigilar a sus vacas parturientas que pastan al aire libre. El objetivo es evitar esos ataques de estos predadores que ya bajan de la montaña para comer.

Uno de estos sucesos se cobró hace un mes y medio la vida de un ternero de Samuel Formoso, de Gomareites, en Vilar de Barrio. Este ganadero, con una granja de 130 reses, 13 de ellas vacas a punto de parir que pastan en la llanura, confiesa que pasó un mes entero vigilando a sus reses día a día hasta las tres de la madrugada.

Formoso recuerda que atacaron al ternero recién nacido de madrugada y «dejaron solo los huesos. A la mañana vi que lo habían devorado entero». Este ganadero rememora que «fueron semanas duras porque estábamos muy intranquilos en esta zona. Esta presencia del lobo se ha intensificado mucho incluso aquí, en el llano. En la montaña del municipio, en puntos como Rebordechao, estos ataques son todavía más frecuentes».

Formoso puntualiza que «un compañero de este concello se tuvo que defender con una forquita de ocho lobos al lado de su propia granja. Aquí los vemos de vez en cuando, pero suelen escapar cuando ven a un humano». Esta bajada a la llanura tiene que ver con la escasez de alimento para estos animales y el aparente incremento en su número, no constatado oficialmente por la Consellería de Medio Rural. Los ganaderos antelanos critican una supuesta demora de «dos años» en el cobro de las ayudas de la Xunta por ataques de estos animales, en cifras que no llegan a 300 euros para terneros que cuestan mínimo el doble de esa cifra.

Formoso afirma: «Estas ayudas son totalmente insuficientes. Aparte de otros problemas como la mayor repercusión de la mamitis y los altos costes, el sector lo pasa mal porque no se nos apoya en temas como los ataques de lobos».

Este animal no puede ser cazado legalmente en España desde hace muchos años, aunque de forma puntual y extraordinaria la Xunta tiene potestad para autorizar batidas en casos extremos en una zona determinada.

La Xunta aprobó recientemente un fuerte incremento en la cantidad asignada para el 2016 para estas indemnizaciones por ataques de fauna salvaje a las reses, pasando de 180.000 a 360.000 euros. No obstante, la propia Administración gallega reconoció atrasos en el abono de estas subvenciones. Oficialmente, el número de ataques reconocidos por Medio Rural en todo el año pasado en la provincia de Ourense no llegó a la veintena. El traslado de estos cánidos de algunas de sus zonas de hábitat naturales en la montaña ourensana también se produce por los incendios, como fue el caso del devastador fuego en la Serra do Larouco, que calcinó 3.100 hectáreas.

Durante las pasadas semanas, la detección de estos cánidos en zonas de Vilar de Barrio, Laza, A Gudiña y A Mezquita se incrementó en puntos muy cercanos a algunas aldeas. En varios casos, diferentes conductores se toparon de noche en medio de algunas carreteras con manadas de lobos.