Un estudio gallego valida la seguridad del uso de nanopartículas en medicina

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El trabajo, de un equipo de la UDC, es premiado por la Real Academia de Ciencias

08 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El uso de nanopartículas es una de las grandes esperanzas de la medicina. Son, por su tamaño -diez mil veces más pequeñas que el diámetro de un cabello-, el vehículo ideal para el transporte controlado de fármacos hacia zonas muy concretas del organismo, lo que evita los efectos secundarios, e ideales también para el diagnóstico certero y precoz de todo tipo de enfermedades. Sus aplicaciones son múltiples, desde el tratamiento del cáncer al de las patologías neurodegenerativas, pero para desarrollar su enorme potencial no solo basta con probar su eficacia, sino también su seguridad. Existe el riesgo de que, debido precisamente a su minúsculo tamaño, puedan interactuar fácilmente con cualquier componente celular y provocar efectos tóxicos. En todo el mundo se están llevando a cabo ensayos para comprobar si existe este riesgo o no, pero nunca hasta ahora se habían hecho en células del sistema nervioso, en neuronas humanas. Lo acaba de hacer el equipo de Diagnóstico Conductual y Molecular aplicado a la Salud (Dicomosa) de la Universidade da Coruña, lo que le ha valido el Premio de Investigación 2015 convocado por la Real Academia Galega de Ciencias, dotado con 6.000 euros.

El galardón en la categoría de jóvenes investigadores, dotado con 2.000 euros, fue para el químico de la Universidade de Vigo Miguel Alexandre Ramos por un trabajo relacionado también con las nanopartículas.

El grupo de A Coruña demostró que la utilización de nanopartículas de óxido de hierro, de las más utilizadas en el ámbito biomédico, es segura. Solo en dosis muy elevadas y en tiempos de exposición muy largos dejarían de serlo, pero este extremo no se da en medicina.

No son tóxicas

Los científicos probaron su neurotoxicidad utilizando ensayos para evaluar sus efectos nocivos sobre las células (citotoxicidad) y sobre el ADN (genotoxicidad), sin que se advirtiesen mayores problemas. El estudio se hizo in vitro, por lo que para contrastar los resultados será necesario extenderlo a modelos animales y probarlo luego en humanos. «En principio, las fases siguientes no podemos hacerlas desde aquí, porque en la Universidad no tenemos el equipamiento necesario, pero estamos adscritos a una acción europea que tiene como finalidad crear redes de investigación, con lo que esperamos llegar a colaboraciones para continuar con el trabajo», explica Blanca Laffon, la responsable de un equipo en el que también participan Gözde Kiliç, Eduardo Pásaro y Vanessa Valdeiglesias.

En el caso del sistema nervioso, el gran problema que suelen tener los fármacos es que son incapaces de superar la barrera hematoencefálica, por lo que no alcanzan su destino de forma localizada. Pero esta muralla es superada fácilmente por las nanopartículas, que pueden transportar fármacos, por ejemplo, para el tratamiento de enfermedades neurológicas como el párkinson o el alzhéimer, entre muchas otras. «No solo atraviesan la barrera sin ningún problema, sino que están ideadas para inyectarse directamente en el sistema nervioso, lo que también permite utilizarlas como un medio que incrementa el contraste de las resonancias magnéticas», subraya Laffon. En otro ámbito, lo mismo ocurre con el cáncer, ya que los minisubmarinos pueden transportar el medicamento de forma selectiva a las células tumorales.

Un químico de Vigo, el mejor joven

En la categoría de jóvenes investigadores el ganador fue el químico de la Universidade de Vigo Miguel Alexandre Ramos. Recibió el galardón por el diseño y obtención de nanopartículas octaédricas de monóxido de cobalto. En su investigación se describen procesos complejos, como el que permite crear huecos dentro de las nanopartículas, lo que facilita su aplicación en el transporte y liberación de fármacos, entre otros usos. Los ganadores de los Premios de Investigación Ernesto Viéitez, el nombre oficial que reciben en honor al anterior presidente de la Real Academia Galega de Ciencias, se entregarán el 20 de enero en Santiago.