Los médicos del Reino Unido podrán recetar cigarrillos electrónicos

Daniel roldán MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

La decisión, pionera en Europa, pretende ayudar a las personas a dejar de fumar

04 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los médicos del Reino Unido que luchan cada día por convencer a los fumadores de que la mejor opción para mejorar su calidad de vida y alargarla en el tiempo es dejar la cajetilla tienen una nueva herramienta desde este mes de enero. Dispensarán, si lo estiman oportuno, cigarrillos electrónicos para que las personas más enganchadas a la nicotina puedan dejar de forma paulatina esta adicción. Una decisión pionera en Europa y que ha provocado tantas voces a favor como contrarias dentro y fuera del Reino Unido.

El servicio de salud británico (NHS) tomó esta decisión tras la publicación en agosto de un informe de las autoridades sanitarias inglesas (Public Health England) que aseveraba que los cigarrillos electrónicos son un 95 % menos nocivos que el tabaco tradicional. Además, el estudio -realizado por Ann McNeill, profesora del King College de Londres, y Peter Hajek, de la Universidad Queen Mary- incide en que estos productos pueden tener una contribución positiva en la reducción de las tasas de tabaquismo entre la población adulta y los jóvenes, aunque los autores afirman que no existen pruebas determinantes.

«Los indicios apuntan de manera sistemática al hecho de que los cigarrillos electrónicos son una herramienta más para dejar de fumar y, en mi opinión, los fumadores deberían probar estos nuevos métodos e intentar dejar de fumar por completo», explica la profesora McNeill en el estudio, que también destaca que la gran mayoría de los 2,6 millones de británicos que se declaran vapeadores son fumadores o exfumadores.

Probar con distintos productos

«No deben renunciar, si no les gusta el primero que prueban. Pueden experimentar un poco con diferentes productos y líquidos electrónicos hasta dar con el más adecuado», añade en otro apartado del estudio el profesor Hajek. Con estos datos, el servicio de salud británico tomó la decisión de autorizar que sus médicos ofrezcan los productos. «Tiene mucho que ver también con la forma de los británicos de combatir el tabaquismo, con espacios a pie de calle en los principales lugares. Además, ya hace tiempo que llevan subvencionando los productos contra el tabaco», apunta Francisco Camarelles, vicepresidente segundo del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), quien enmarca esta medida en la «lógica» de las políticas en el Reino Unido en esta materia y en la «fuerte corriente» que existe en las islas a favor de estos productos. «Es un gran paso de las autoridades -indican desde la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónica (ANCE)- para luchar contra el tabaco y no contra nuestros productos».

La apuesta por los e-cig demuestra, según señalan desde la patronal española del sector, que utilizar estos productos como herramienta para erradicar el humo no está reñido con otras medidas. «El Reino Unido es uno de los principales países en la lucha contra el tabaco. Un ejemplo es que hayan aprobado el empaquetado genérico», indican desde ANCE.

Una medida cuestionada por quienes los equiparan al tabaco normal

Tanto Londres como Dublín ya tienen decidido adoptar este modelo importado desde Australia y aconsejado por la Unión Europea. Francia es posible que lo haga este año y Hungría también lo tiene aprobado, aunque no desarrollado. ¿Y en España?

A pesar de estas medidas, desde la patronal española del sector insisten en que el cigarrillo electrónico, que se introdujo con fuerza en nuestro país hace cuatro años, es «una alternativa al tabaco, no un producto medicinal ni es enteramente tabaco» y tampoco es un producto exclusivamente para dejar de fumar.

Además, aunque desde la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico aseguran que es menos perjudicial que el cigarrillo tradicional, esta postura se ve con reservas desde el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que agrupa a más de 35 sociedades científicas y asociaciones profesionales. «Necesitamos más pruebas científicas que lo avalen», comenta Francisco Camarelles, vicepresidente segundo de dicho comité, quien aboga por la prudencia para contrarrestar cualquier riesgo. Camaralles pone como ejemplo que un estudio Cochrane -que se encarga de revisar las conclusiones científicas- afirmaba que se necesitaban más datos para afirmar que los cigarrillos electrónicos son un 95% menos perjudiciales para la salud. Por lo tanto, la CNPT se mantiene en la misma postura que ha defendido: se debe tratar el e-cigarrillo, que lleva 12 años en el mercado, como el tabaco normal.