El jubileo de Roma atrae menos peregrinos de lo esperado

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SOCIEDAD

GIUSEPPE LAMI

Algunos diarios apuntan a que el «derrumbe» del número de peregrinos es consecuencia del miedo al terrorismo

03 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi un mes después de su apertura, el Jubileo de la Misericordia no está atrayendo la cantidad de peregrinos esperados y la prensa habla incluso de fracaso, pero comerciantes y voluntarios son optimistas.

La gran Via della Conciliazione, que va del castillo de Sant?Angelo a la plaza de San Pedro, por donde todos los peregrinos están obligados a pasar, no está muy concurrida. «Se ve la misma gente que en el mismo período del año pasado, ni más ni menos», señala un vendedor de recuerdos que prefirió mantener el anonimato. «Está claro que no es la locura que nos anunciaban», declaró, en referencia a los diez millones de personas que estimaban las autoridades italianas.

Un cálculo que confirman las cifras de asistencia del Vaticano, publicadas por la Prefectura de la Casa Pontificia. Con respecto a diciembre del 2014, la cantidad de fieles presentes en los diferentes encuentros con el papa cayó este año casi un 30 %, pasando de más de 461.000 personas a 324.000. En el año 2000, durante el anterior jubileo, casi 150 peregrinos por minuto atravesaron la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, y más de 32 millones de turistas peregrinos visitaron la Ciudad Eterna. De ahí que la prensa tache de fracaso esta celebración.

«Sin efecto Jubileo», titulaba el jueves el diario La Repubblica, según el cual este «derrumbe» del número de peregrinos es consecuencia del miedo al terrorismo que «unas semanas después de los atentados de París disuadió a los viajeros de visitar lugares concurridos y de alto riesgo potencial».

Sin embargo, otra de las razones de la desafección de los peregrinos en Roma tiene que ver con el matiz de «local» que ha querido otorgar Francisco a este jubileo. «Lo más importante para Jorge Bergoglio -confesaba recientemente en Radio Vaticano el arzobispo Angelo Becciu, número tres de la Santa Sede- no es la afluencia, sino el hecho de que cada uno pueda tener la posibilidad de experimentar la bondad, el amor y la misericordia de Dios».

«No tenemos cifras del número de personas que llegan al día, pero la afluencia de peregrinos es constante», señaló Massimiliano, responsable del centro de acogida, quien preguntado sobre la escasa publicidad dada, al contrario que en el 2000, respondió: «Ese lado poco ostentoso responde a la discreción mostrada por nuestro papa».