«No tiene nada que ver un embutido industrial con uno de Os Ancares»

Manuel Arroyo Alves
M. Arroyo FERROL

SOCIEDAD

El médico especialista Manuel Viso explica que el anuncio de la OMS sobre la relación del consumo de carne con el cáncer «se sacó de contexto»

30 oct 2015 . Actualizado a las 14:30 h.

«Sentidiño». Lo recalca el especialista Manuel Viso, jefe del servicio de Hematología del hospital San Rafael de A Coruña y experto en Farmacología y Nutrición por la Universidad de Barcelona, ante la alerta desatada tras el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la relación entre el cáncer de colon y el consumo de carne. «Se sacó todo de contexto», indica el médico. Calma. Un churrasco no le arrebatará a nadie su longevidad genética.

Las carnes rojas y las carnes procesadas están en el punto de mira, pero «nada que no se supiese ya en el siglo pasado». La OMS no dice nada nuevo, lo que hace es un aviso: se está consumiendo demasiada carne procesada. Pero es un término estadístico; un riesgo relativo. En cifras: superar el consumo diario recomendado de 50 gramos de carne procesada aumenta en un 18 % el riesgo de padecer cáncer. Pero las cuentas no son tan sencillas. Viso lo ejemplificaba en el programa Voces de A Coruña, de RadioVoz: «Si un día juegas a la lotería, tienes una probabilidad de que te toque; si juegas dos días, esa probabilidad o riesgo aumenta un 100%, pero el riesgo absoluto es bajísimo, es decir, aunque juegues dos veces, la probabilidad de que te toque es muy poco». A esos factores, además, hay que sumarle los hábitos de cada individuo. «Hay estudios que determinan que 400 gramos diarios entre frutas, verduras y hortalizas disminuye el riesgo de cáncer de colon en un 20%; la actividad física diaria moderada lo reduce en un 50 %... habría que encajar todos esos datos», subraya.

Lo que sí hay es una «evidencia confirmada» ¿Qué implica? Que las carnes procesadas -embutidos, ahumados, salazones...- estén al nivel del tabaco, de la radiación solar u otros tóxicos (clasificación 1) se debe a que hay estudios que han demostrado ese riesgo. Si embargo, sobre las carnes rojas solo se ha constatado una probabilidad (grupo 2 A). En cualquier caso, insiste el especialista, «sentidiño». La carne también es buena. Y necesaria. Es fuente de vitaminas, proteínas y minerales. Su valor nutricional no está en duda.

«Faltan muchos datos. Si al final se confirmase que hay una relación entre la carne procesada y el cáncer de colon y se determinase el riesgo de enfermedad -que todavía no lo hay-, se le achacarían entre 30.000 y 50.000 muertes al año, mientras que el tabaco tiene más de un millón. Nada que ver. Lo que decimos desde hace años es la cantidad de carne roja que se debe comer». Unas dos veces por semana y no mucha cantidad. No así las carnes blancas, como pollo, conejo o pavo, cuya inclusión en la dieta es más laxa. Aunque sin piel, porque contiene muchas grasas.

Una dieta ideal

Para Viso, una alimentación saludable no excluye, ni por asomo, las carnes. Sí alerta de lo perjudicial del exceso de cocinado. Una cocción prolongada aumenta la presencia de nitrosaminas, unos compuestos que son perjudiciales para la salud. Llevado a los fogones, supone, por ejemplo, voltear con cierta frecuencia la carne de un churrasco para evitar los jugos que se desprenden durante el proceso. Esos trozos, churrascados, los más sabrosos, contienen unas sustancias que sí son cancerígenas: «Carne procesada se refiere a aquella muy manipulada; la ahumada, los salazones... El jugo de la carne que cae sobre la brasa luego impregna la carne y sí es cancerígeno. Son sustancias que están también presentes en el tabaco, en humo de los coches...». Calma de nuevo: «Un churrasco no se hace todos los días, y aunque cada quince días te comas un trocito de esos, no te va a pasar nada», explica. Y tampoco tiene nada que ver «un embutido industrial con uno de Os Ancares».

¿Y qué comer entonces? «Sentidiño», otra vez. Un adulto con una actividad moderada necesita un aporte diario de entre 1.800 y 2.000 calorías. Viso recomienda lácteos desnatados; hidratos integrales (pasta, arroz y pan) -y evitar su ingesta antes de acostarse-; carne roja dos días a la semana (entre 100 y 150 gramos por día); pescado casi diario, sobre todo azul; entre 300 y 400 gramos de frutas, verduras y hortalizas y dos litros de agua al día. «No se trata de sacar la lupa». El especialista defiende una dieta «equilibrada, variada, de calidad, suficiente y satisfactoria». Así que el consumo esporádico de carnes procesadas es mejor guardarlo para las inevitables citas en las que no falta una buena tira de costilla o un tentador salchichón. «Hay que comer de todo».

Cita abierta

El auditorio de la fundación Abanca, en A Coruña, acogerá el próximo martes, a partir de las 17.30 horas, una conferencia abierta al público bajo el título Camina la ruta de la buena salud: come saludable y ejercítate, en la que participará el doctor Viso.

Los internautas pueden asimismo remitir sus cuestiones a los especialistas a través del consultorio web del Hospital San Rafael.