Hallan niveles altos de un cóctel químico de plaguicidas en las manzanas de hipermercados españoles

Europa Press

SOCIEDAD

La oenegé Greenpeace insta a los supermercados a eliminar gradualmente estos productos y a favorecer la agricultura ecológica

21 oct 2015 . Actualizado a las 17:31 h.

La organización ecologista Greenpeace ha analizado en un laboratorio alemán un tota de 126 muestras de manzanas de producción nacional compradas en 23 supermercados de 11 países europeos, en las que ha hallado un «cóctel químico» de residuos de plaguicidas, entre las que destacan las manzanas españolas, que tienen los niveles más altos. En un informe al respecto, la oenegé advierte de que los residuos de plaguicidas encontrados suponen un riesgo para el medio ambiente y pueden tener consecuencias desconocidas para la salud. Frente a las manzanas convencionales, en las manzanas de producción ecológica no se detectaron residuos químicos.

El trabajo Aplicación de plaguicidas como rutina en la producción convencional de manzanas de la UE denuncia que las medias más altas de residuos por muestra se encontraron en las de España (4,3) seguidas de las de Bulgaria (4,0) y los Países Bajos (3,4). 

En concreto, en España se recogieron 14 muestras, once de ellas manzanas de producción convencional y tres ecológicas. Los resultados señalan que «todas» las muestras de manzanas convencionales contenían de entre 1 y 7 plaguicidas. Las muestras fueron compradas en Madrid en los supermercados Alcampo (3 muestras, 2 convencionales y 1 ecológica); Carrefour (3 convencionales); E. Leclerc (2 convencionales); Lidl (2 convencionales); Mercadona (2 convencionales) y NaturaSi (2 ecológicas y de Km 0).

Según la oenegé, excepto NaturaSi, solo un supermercado ofrecía manzanas ecológicas de producción nacional (Alcampo) y otro (Carrefour) las ofrecía, pero eran importadas. Las manzanas españolas son las segundas con más número de residuos, en concreto las de Carrefour y Mercadona, con 7 plaguicidas. Además, la oenegé denuncia que en las manzanas de Alcampo se encontraron también restos de difenilamina, un plaguicida cuyo uso no está aprobado en la UE. Este químico se puede utilizar como tratamiento después de la cosecha en países no pertenecientes a la UE.

Por tanto, dado que el nivel hallado fue bajo, es posible que su presencia se deba a una contaminación cruzada mientras se almacenaron o empaquetaron juntamente manzanas procedentes de la UE y de países no pertenecientes a la UE, según manifiesta el informe de la oenegé. En total, además de las españolas, las manzanas analizadas procedían de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Eslovaquia, España, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y Suiza. De ellas, 109 procedían de la producción convencional y 17 eran ecológicas.

En concreto, de la «amplia gama de sustancias químicas» analizadas, el 83 por ciento de las muestras de manzanas convencionales (91) tenía uno o más residuos detectados y el 60 por ciento, dos o más.

Peligros para la biodiversidad y los hombres

En cuanto a la tipología, se han hallado un total de 39 residuos de plaguicidas diferentes, en todo caso, todos por debajo de los límites permitidos, pero ninguna de las muestras ecológicas contenía residuos detectables. La organización advierte de los «peligros» de estas sustancias, que son tóxicas para los organismos acuáticos, como las pulgas de agua y peces, y para las abejas y otros insectos beneficiosos.

Es importante recordar que las manzanas tienen una gran dependencia de los insectos polinizadores como las abejas y, en su ausencia, pueden darse pérdidas de producción de hasta un 90 %.

Asimismo, Greenpeace recuerda que muchos de los plaguicidas son bioacumulativos, por lo que sus impactos también pueden afectar a la reproducción o bien a otras propiedades y señala que los riesgos potenciales para la salud humana «no pueden ser descartados por completo».

Para el responsable de agricultura de Greenpeace, Luis Ferreirim, los plaguicidas químicos están presentes «desde el campo hasta el plato» y que esta investigación sobre las manzanas es «solo un ejemplo» de lo que puede estar sucediendo con el resto de alimentos de la agricultura convencional.

Por ello, Ferreirim ha dicho que Greenpeace insta a los supermercados a eliminar gradualmente los plaguicidas tóxicos en la producción de frutas y verduras y que apoyen a los agricultores a cambiar el modelo ecológico, ampliando su oferta de productos ecológicos locales.