El prelado de Burkina Faso criticó el tiempo que se le dedica a la comunión de los divorciados vueltos a casar, y el poco espacio para las personas bígamas
15 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La rueda de prensa diaria tras las jornadas matutinas del sínodo sigue dando sorpresas. En la mesa, con Federico Lombardi de introductor, suele haber cardenales de diferentes puntos del mundo y de varios idiomas que hablan, con aparente libertad, de sus opiniones sobre lo que va ocurriendo en las reuniones. Por eso, en este contexto de apertura inaudita para el Vaticano, ayer el cardenal de Burkina Faso, Philippe Nakellentuba Ouédraogo, se quejó de la «perspectiva fuertemente occidental» del Instrumentum Laboris, el documento de trabajo del encuentro.
Este se desarrolla, tras las primeras asambleas generales, en los llamados círculos menores, que son trece grupos lingüístico, en los que se trata todo tipo de problemas con los que se encuentran los sacerdotes durante su actividad pastoral ante las familias. Ouédraogo cree que en el documento de trabajo y en la repercusión de lo que ocurre en Roma se le da demasiada importancia a cuestiones occidentales como la comunión a divorciados vueltos a casar -lo que el cardenal burkinés considera «una poligamia sucesiva»- mientras que se aparcan otros asuntos que necesitan solución,como qué hacer con los bígamos: «Hay personas en África -explicó- que viven en poligamia, pero quieren recibir los sacramentos ¿qué les decimos?, ¿cómo los acogemos? Son problemas no occidentales, pero que necesitan solución».
Por su parte, el cardenal de Westminster, Vincent Nichols, alabó el ambiente de discusión del sínodo pero dijo que el ya citado Instrumentum Laboris «necesita ser reestructurado, faltan más temas teológicos».
Y el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez destacó las delegaciones regionales del sínodo, que permiten hablar «en un sentido más continental y no tan personalista».