El Ángeles Alvariño, buque científico de la Armada con base habitual en el puerto de Vigo, descargó en los muelles cartageneros, además del cañón pedrero, once piezas significativas. Entre ellas, una maja de almirez de oro, una palmatoria de plata, tres cucharas y tres platos, y un tenedor de plata. Elementos de gran importancia para conocer la vida cotidiana de los tripulantes de la nave antes de abatirla una escuadra inglesa. En contrapartida por extirpar del fondo del mar un tesoro, los arqueólogos hundieron una placa que conmemora el final de La Mercedes.
Habrá una segunda expedición, según Méndez de Vigo. Pero primero, los servicios de restauración deberán recuperar y estudiar los hallazgos, que se expondrán, junto al resto del tesoro devuelto por Odyssey, en el Museo Nacional de Arqueología Subacúatica de Cartagena.