Una niña con fibrosis quística cumple su último deseo después de morir

I.R., M.P. REDACCIÓN

SOCIEDAD

Harriet Seehan luchó hasta el último momento por cumplir la lista de sueños, elaborada por ella misma cuando supo de la gravedad de su situación

21 ago 2015 . Actualizado a las 17:27 h.

Harriet Seehan no ha dejado por cumplir ni un solo punto de su lista de deseos. Esta niña de 15 años nacida en Cumbria (Inglaterra) decidió redactar uno por uno todos sus sueños pendientes, meses antes de fallecer y siendo consciente de su estado de gravedad. El último de ellos se ha hecho realidad después de su muerte. Cumplir su sueño ha posibilitado que también se hiciera realidad el de otro joven, un ciego de 26 años que ha recuperado la vista gracias a Harriet. El mayor deseo de la niña era que sus ojos fueran donados a alguien que los necesitara, y así fue.

«Harriet falleció de forma repentina. Ella redactó la lista para disfrutar su vida de forma plena el tiempo que le quedara. Aún así, no se quiso olvidar de los que lo estaban pasando mal como ella», declaró Greg Seehan, el padre de la joven, para la revista Mirror.

La enfermedad le fue diagnosticada con tan solo 11 meses. Después de varios años de achaques propios de la fibrosis quística, una enfermedad genética que provoca la acumulación de tejido mucoso en los pulmones y otros órganos del cuerpo, en el 2013 tuvo que ser ingresada en el hospital por un fallo respiratorio. Allí, Harriet fue conectada a una máquina de soporte vital. Cinco meses de lucha interminable en el Hospital de Bristol, que le sirvieron para conocer a mucha gente que estaba pasando por una situación parecida a la suya. Eso fue lo que le motivó a redactar su último deseo. «Debido a su estado, mi hija sabía que no podía donar sus órganos principales, ya muy dañados. Por ello, decidió ayudar en todo lo posible donando sus ojos», afirmaba Greg.

Superado uno de los momentos más duros de su enfermedad, en el 2014 los doctores del hospital de Newcastle propusieron a sus padres la posibilidad de efectuar varios trasplantes para mejorar su calidad de vida. No obstante, para poder llevarlos a cabo, tenía que subir de peso. La joven logró ganar 12 kilos en su intento por aferrarse a la vida. Pero de forma repentina, en febrero de este año, Harrieth falleció a causa de un neumotórax. El señor Seehan quiso alabar la actitud positiva de su hija: «tuvo que pasar por momentos muy difíciles. Pero, aunque le tocó sufrir mucho, nunca se quejaba, solo sonreía».

En la lista de deseos, ahora cumplidos, de Harriet se podían encontrar cosas muy diversas. Nadar con delfines, asistir a la gala de Factor X, conocer a sus ídolos de One Direction, crear un blog a modo de diario personal. En este,  fue relatando el desarrollo de su enfermedad y la manera en la que iba cumpliendo, uno por uno, todos sus sueños. Tan solo faltó el último y mas solidario de todos. El que hizo que un desconocido recobrara la vista.