El otro filón de «Verano azul»

SOCIEDAD

Miguel Joven, Tito en la serie, muestra a los turistas los lugares del rodaje

23 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién no ha visto Verano azul? Una serie dirigida por Antonio Mercero que marcó una época -comienzos de los 80- con sus 19 capítulos y una pandilla que pasaba sus vacaciones en una todavía virgen localidad malagueña de Nerja. Un grupo de gallegos viajó hasta esta villa andaluza para escuchar de boca de uno de los protagonistas de la serie, Miguel Joven, Tito, el más pequeño del reparto, las anécdotas de la mítica serie, pues el simpático niño rubio ahora, con 40 años, vive de vender Nerja a los turistas.

Patricia, su marido y sus dos hijos de unos meses y siete años cruzaron la península desde A Coruña. Entre los destinos hay una visita guiada con Tito por la Ruta Verano Azul, que él mismo conduce. También se encarga de hacer de cicerone en las cuevas de Nerja, junto al pueblo de Maro, descubiertas por los lugareños en los años 50 y que muestra espectaculares formaciones rocosas. E incluso posee una empresa de aventuras, con actividades en kayak.

Miguel Joven era el único actor de la serie que vivía en Nerja, y no Pancho, como ocurría en la cinta. Al pequeño Tito lo ficharon de casualidad. Su padre, que era camarero en un bar de la playa de Burriana, le buscó una prueba con el director Antonio Mercero, que quería un rapaz vivaracho y no tenía tiempo para más experimentos. Si bien su papel iba a interpretarlo un jovencito Jorge Sanz, los problemas de agenda de este inclinaron la balanza hacia Tito.

Dos de la tarde. Un sol que quema la coronilla. Patricia y familia se concentran en el parque con el nombre de Verano azul. Una decena de fans aguardan. La media de edad -descontando a los niños- ronda los cuarenta. Tito acaba de despedir a otro grupo. El parque marca el inicio de la ruta. Ahí, cada sendero, ha sido bautizado con uno de los personajes de la serie. Todos excepto Chanquete, que tiene una avenida. En un extremo está La dorada, una réplica de la embarcación del pescador, pues la original se retiró por tratarse de un decorado. Tras las primeras explicaciones Tito mete la primera y callejea por Nerja con un séquito de curiosos que busca la sombra. Aquí la lechería de Pancho, que ahora es una tienda de moda. Al fondo, la playa que llamaban Cala Chica; allá, el chiringuito de Ayo, que todavía está en pie. Arriba, el balcón de Europa, donde la pandilla quedaba. Más localizaciones. Tito se hace acompañar de un dosier de fotografías para mostrar el antes y el después de Nerja y los espacios escogidos por Mercero.

Quedarse en Nerja

Miguel Joven no quiso abandonar su pueblo andaluz, a pesar de los cientos de propuestas. Su sueño fue enseñar su tierra a los turistas. «Claro que tenemos contacto los chavales de la serie». Se ven de vez en cuando, o se telefonean. Unos más que otros. De El Piraña, el otro chaval con el que incluso grabó un disco infantil, tiene muy buenos recuerdos. «Ahora es un coco de la ingeniería», dice. Bea y Desi, las hermanas Torres -que tenían 18 años cuando se rodó pero el guionista quiso que aparentaran 14-, trabajan en profesiones sanitarias. Quique es fotógrafo y Julia aún está vinculada al mundo del espectáculo. De los niños de Verano azul solo Javi (Juan José Artero) ha tenido continuidad como actor, participando en series como El comisario. De Chanquete hay muchos apuntes. «Ferrandis era un actor al que le fastidiaba en su orgullo profesional que lo asociaran solo a este papel, cuando su nombre había estado ligado a películas con Óscar como Volver a empezar». Termina la ruta. Tito, cariñoso y bonachón, reparte besos y autógrafos. Los fans se van contentos por 21 euros. La serie se exportó a 40 países. Su éxito fue tal que incluso en Sofía, la capital de Bulgaria, existe una rúa llamada Verano azul.