Neurobiología con genes gallegos

Rita Álvarez Tudela LONDRES

SOCIEDAD

Rita Alvarez Tudela

El coruñés Alejandro Pan está haciendo el doctorado en la universidad de King's College, de donde ya han salido doce galardonados con el Nobel

15 jun 2015 . Actualizado a las 15:23 h.

Alejandro Pan Vázquez dice que ha aprovechado mucho los veranos. Habrá que creerlo porque a sus 22 años este joven de A Coruña está haciendo su doctorado en Neurobiología del Desarrollo en la Universidad de King's College, una de las más prestigiosas del Reino Unido, de donde ya han salido doce alumnos galardonados con el premio Nobel.

Pan está becado durante cuatro años por el Consejo de Ciencia para la Investigación Médica, que le ofrece un salario mensual, así como hacerse cargo de los gastos de laboratorio y las matrículas. «Menos mal porque si no vivir en Londres sin un salario es imposible», explica.

Son las diez de la mañana y Pan está en el campus de la universidad, donde ya ha tenido el primer taller del día. Ahora está terminando la última de las tres rotaciones obligatorias del primer año antes de elegir especialidad. Los primeros tres meses fueron de laboratorio, estudiando el cerebro, la segunda parte se centró más en el estudio de las células madre y la generación de tejidos, mientras que estos últimos meses son más dinámicos y centrados en ver cómo integra cada neurona toda la información.

Si no hay sorpresas de última hora, Pan se decantará por la biología evolutiva para hacer su doctorado. Su cara se emociona al explicar su curiosidad por saber más sobre la evolución del tamaño del cerebro y cómo este se ha adaptado a las diferentes especies. «Es nuestra estructura más compleja», puntualiza.

Pan trabaja bajo la supervisión del director del Centro de Neurobiología del Desarrollo que lidera desde el año pasado el madrileño Óscar Marín, científico especializado en el desarrollo de la corteza cerebral, para quien entender su funcionamiento «es uno de los retos más apasionantes de la ciencia».

Pan estuvo en A Coruña hasta que cumplió los 16 años, cuando sus padres emigraron a Braga por trabajo. Ese cambio al país vecino ha marcado su vida, ya que no solo fue a un colegio internacional, donde daba clases en inglés, sino que además compartió muchos momentos con los compañeros de su padre en un centro de nanotecnología que le acercaron al ámbito de la ciencia y le abrieron su visión del mundo.

La culpable

Alejandro Pan también cree que parte de «la culpa» de su interés es fruto del trabajo de su madre, una profesora de Química de Corcubión. «Desde bien pequeño me llevaba a museos de ciencia y recuerdo que a los cinco años me regaló un microscopio de mentira», dice.

Este gallego se planteó hace cuatro años estudiar la carrera de Neurociencia en España, pero como estos estudios no existen como tal, se decantó por venir al Reino Unido, donde se graduó con matrícula de honor por la Universidad de Nottingham el año pasado. «Tuve una tutora durante los cuatro años que fue magnífica y gracias a ella pude ir a Israel a investigar tres meses», explica.

Habla del verano del 2011, cuando trabajó en el ámbito de la biología molecular en un centro de referencia mundial. En concreto, en el prestigioso Instituto Weizmann de Israel. «Es un país que valora mucho la ciencia, la ven con gran orgullo», reconoce.

Por el momento, Alejandro Pan apuesta por seguir formándose y seguir probando en el extranjero. De hecho, su plan no termina en Londres. La idea que le ronda en la cabeza es irse a hacer un posdoctorado a Estados Unidos. ¿Y después, Galicia?, le preguntamos, a lo que contesta: «No lo descarto, me siento gallego, pero se tienen que dar las circunstancias y tengo que tener el nivel científico suficiente», confiesa.