El nobel revela todas sus cicatrices

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Álvaro Ballesteros

Satyarthi habla de su lucha a estudiantes y ve ahora «más concienciación»

09 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vosotros, que estáis aquí sentados, sois unos afortunados, porque estáis escolarizados. Pero hay millones de niños que tienen que trabajar, en factorías donde se fabrican los zapatos o la ropa que lleváis puesta, y que a lo mejor son comprados o vendidos como animales o menos que animales», dijo Kailash Satyarthi, el nobel de la paz del año pasado, a cientos de estudiantes de primaria y secundaria de Santiago, que llenaron el salón de actos y el polideportivo del IES Rosalía.

En su última intervención pública animó al joven auditorio: «Soñad, pero haced algo; porque si solo soñáis y no hacéis nada, no cambia nada. Por tanto hay que actuar; descubrir las oportunidad y actuar. No pasa nada si se cometen errores, porque todo el mundo los comete, yo mismo los he cometido y no pasa nada».

Al hablar de su trayectoria y de su lucha contra la esclavitud infantil explicó que en ocasiones tuvo que actuar en talleres «organizados por mafias peligrosas». Y como consecuencia de ellos sufrió heridas en el pie izquierdo, en el hombro derecho o en la espalda, que él mismo calificó de «cicatrices». Para actuar les aconsejó buscar colaboración con la sociedad civil, organizaciones diversas y gobiernos y hacerlo «a través del diálogo, que la solución sea constructiva; hay que convencer a las personas de nuestras ideas no a través de la violencia, sino con convicción». Además, les aconsejó guiarse por las que denominó las tres «d», que son soñar, descubrir el poder que tienen y actuar («dream», «discover» y «do», por su traducción del inglés).

Álvaro Ballesteros

Fernando Peleteiro, Maite Prieto, Lucía Viña, Miguel Montoira, Sara Rodríguez y otros estudiantes le hicieron preguntas, en inglés, algunas incisivas, como interesarse por si él compra su ropa en comercios diferentes a los de las multinacionales que critica. Satyarthi les respondió que si, que usa vestimentas tradicionales fabricadas a mano por personas adultas. Procura no ir a restaurantes donde sirven niños, y antes de comprar en una multinacional busca información en Internet para conocer si utiliza mano de obra infantil en la fabricación de sus productos y, si es así, no les compra. Les aconsejó hacer lo mismo; y que cuando tengan dudas o quieran saber más información de estos asuntos le contacten directamente por las redes sociales.

«Globalmente hay 168 millones de niños que trabajan a tiempo completo y 200 millones de adultos sin trabajo. Los niños que trabajan suelen ser hijos de adultos sin empleo y tienen una remuneración bajísima; completan el ciclo de la pobreza y del desempleo», respondió a otra pregunta. Explicó que a quienes liberan de la esclavitud les ofrecen oportunidades de rehabilitación y escolarización. «Las niñas y niños no han iniciado ninguna guerra, pero siempre han sido la víctima de la pobreza y de los conflictos» agregó, y apeló a «romper el círculo vicioso» y favorecer que sean educados y protegidos. También afirmó que observa «más concienciación» sobre sus reivindicaciones, y tiene menos presión de multinacionales desde que ganó el nobel. Ayer, y con él su anfitrión en Galicia, Juan Carlos Escotet, de Abanca, recibió la medalla de oro del IES Rosalía.