Jaume Prat: «Debemos valorar una titulación única para primaria y secundaria»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira BARCELONA / ENVIADA ESPECIAL

SOCIEDAD

lavoz

Uno de los responsables de la educación en la ciudad de Barcelona defiende la innovación educativa y el liderazgo de los directores de centro

01 dic 2020 . Actualizado a las 20:27 h.

Jaume Prat lleva muchos años vinculado a la educación, como profesor y director de instituto, primero, pero también como activo representante de este colectivo. Socio fundador de la AXIA (Asociación de Directores de la Educación Pública de Cataluña) en 1999, llegó a ser su presidente. Ahora, en la gerencia del Consorcio de la Educación de Barcelona (CEB) tiene una visión «más amplia» de la educación, y cree que en este asunto «todos estamos en el mismo lado», y sigue defendiendo a capa y espada el papel del director como líder educativo.

-Los jesuitas han puesto patas arriba la educación al optar en toda Cataluña por el trabajo por proyectos. ¿Cómo lo afronta la Administración?

-La diferencia de una organización privada es que aquello que se decide en la cúpula llega hasta el terreno con rapidez. Nosotros, desde la Administración, promovemos la innovación, pero los centros tienen autonomía, pero sin duda estamos en un momento histórico. Y sí, los jesuitas han dado un paso significativo al romper con la estructura tradicional de materias y horarios, y con la transmisión de conocimiento de arriba abajo. En el sector público es más difícil, porque sus principales ventajas, que es ser garantista y sólido, también suponen que le cuesta más moverse.

-¿Se ha tenido que adaptar la norma para que «cupiese» el sistema nuevo de aprendizaje por proyectos, sin asignaturas?

-El espíritu de la norma es lo que hay que seguir y garantizar. La inspección se encarga de analizar el proyecto, y si lo autoriza es que se cumplen las normas. Hay cierta discrecionalidad, flexibilidad para favorecer la iniciativa de los centros que desean lo mejor para sus alumnos; los docentes son personas con grandes ideas que van cambiando las cosas. Además, en lo formal no hay tantas diferencias [la NEI, la nueva etapa intermedia de los jesuitas, incluye de 5.º de primaria a 2.º de la ESO pero los cursos se mantienen, y sigue habiendo nota, ya que adaptan el boletín de competencias con un algoritmo que lo pasa a notas numéricas tradicionales].

-¿Cómo promueve la Administración las ideas innovadoras?

-Hay programas diversos, se dan recursos suplementarios para fomentar la autonomía de los centros o para potenciar el aprendizaje de lenguas extranjeras, y se promueve la colaboración entre colegios, la creación de una red tanto académica como de actividades y proyectos singulares. De hecho, hay microrredes entre los centros de primaria y secundaria vinculados, pero también depende de la voluntad de su equipo directivo.

-La Generalitat potencia la autonomía de los centros.

-En Cataluña tenemos la LEC, del 2009, que avanza muchísimo en esto, pero una cosa es la norma y otra es desarrollar esa norma, aunque tener una que nos dé juego ya es un gran cambio. El discurso sobre la autonomía del centro está ganado, lo que no está ganado es que el sistema se crea que debe funcionar con plena autonomía, ni por la parte de la Administración central ni por la parte de los centros educativos. Y la Administración debe imponer la autonomía a los centros.

-¿La autonomía implica más poder para el director?

-Desde el Consorcio intentamos potenciar una gestión del centro del tipo europeo, es decir, profesional, autónoma, que incluya evaluación y rendición de cuentas. Esto es fundamental. En Europa funcionan dos sistemas: el de los cuerpos de directores, de Francia e Italia; y los anglosajones y escandinavos, en los que la Administración acaba seleccionando a alguien para que sea el director con todo el poder para contratar y despedir, y toda la presión, pero también tiene medios y está muy bien remunerado. Nosotros queremos profesionalizar a los directores, que sean líderes, creo que es inevitable, aunque su remuneración no es acorde con lo que se exige, y tampoco su formación anterior.

-Hablando de formación, en Cataluña se exige aprobar las lenguas para entrar en Ciencias de la Educación. ¿Ese es el camino?

-¿Por qué acceden a Ciencias de la Educación personas con una preparación justilla? [Hay un porcentaje destacable de alumnos de esta carrera que suspendió en selectividad las asignaturas lingüísticas, aunque aprobó la media] Porque no estamos valorando al educación como debe, y en secundaria es todo lo contrario, tenemos un grado y un máster. Durante generaciones hemos entrado a ser profesores de secundaria, dicho de una manera muy burda, gente que no teníamos ni idea de dónde nos metíamos, porque estudiábamos para ser químicos, físicos, pero no para ser profesores. ¿Por qué no tenemos una titulación universitaria única para dedicarse a la educación? Debemos valorarlo. Finlandia lo hace y la complementan con un máster. ¿Por qué solo se forman para ser docentes aquellos que van a trabajar con la franja 3-12? Los de secundaria van a tener que hacer lo mismo, aunque por supuesto tendrán que prepararse para dar Matemáticas o lo que sea. Hay que plantearles: ¿Usted quiere ser docente? Esta es la titulación general y ya irá especializándose.

¿Qué es el consorcio?

Gestión educativa territorial. En Cataluña la gestión de la educación está descentralizada en diez servicios territoriales y en el caso singular de Barcelona se fusionan ayuntamiento y Generalitat en el Consorcio. En la ciudad hay 934 centros educativos no universitarios, de los que 290 son de titularidad pública. En total, 300.000 alumnos siguen sus directrices.