Allariz impulsa la cría de bueyes en un plan contra la despoblación

mar gil OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

Medio centenar de animales autóctonos viven en la reserva de la biosfera

14 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el marco de la lucha contra los incendios y el despoblamiento rural, el Concello de Allariz gestiona una explotación de 50 bueyes de razas autóctonas, en colaboración con la asociación de ganaderos del monte Penamá. Es un proyecto que, sin perder de vista la necesaria rentabilidad, busca mucho más que rendimiento económico inmediato.

La idea nació en el 2001; concello y comuneros decidieron sustituir los pinos que cubrían las más de 400 hectáreas del monte Penamá -en plena Reserva de la Biosfera- por una explotación ecológica de bovino. Con el apoyo del centro de investigaciones agrarias de Mabegondo -desarrolló un estudio para producir el mejor pasto- y el Centro de recuperación de Fontefiz para la selección de razas, Penamá acoge hoy cerca de un centenar de vacas madres, el mayor rebaño limiao del mundo, presumen en Allariz, por tratarse de una especie en vías de extinción. Su carne es comercializada a través de la empresa verinense Biocoop.

Engorde y no venta

En un salto cualitativo de apertura a nuevos mercados, concello y ganaderos apostaron por no vender todos los terneros en el primer año de vida; decidieron seleccionar algunos ejemplares y criarlos, capados, hasta los 5 años, para ser vendidos en ese momento como carne de buey.

La primera promoción de bueyes nacidos y criados en Allariz saldrá al mercado este mismo año. De los 50 animales que componen la actual cabaña, nueve están ya en la última fase de cría; han abandonado la finca de 5 hectáreas de Penamá, donde vivieron con total libertad de movimientos y alimentados en ecológico estos cuatro años, y están siendo cuidados en un terreno de 3.000 metros cuadrados, alimentados para engorde con maíz, harina de soja y alfalfa, en buena parte cultivados en la propia zona. De su atención se encarga Lois González, un joven ingeniero agrónomo que hace unos años se lio la manta a la cabeza y optó por una aventura que ha crecido con más explotaciones de bovino en el entorno.

Para posicionarse en el mercado, el concello puso en marcha unas jornadas de degustación de carne de buey que este otoño alcanzarán su cuarta edición. La Administración prepara un reglamento y un sello específico que consolidar la marca Allariz también para este producto. «Queremos que a xente saiba que en Allariz hai carne de boi de verdade, que o que compra é auténtico e de calidade, queremos dar garantías -apunta Bernardo Varela, concejal de Medio Ambiente-. Nós podiamos utilizar razas foráneas, que son máis rendibles porque acadan máis peso, pero apostamos por razas de aquí porque non pensamos só no diñeiro inmediato».

En esa línea, Allariz defiende también un modelo singular de compra, basado en el trato directo y la proximidad. La carne de buey se expende preferentemente a los restaurantes del municipio y el resto se vende, previo contacto telefónico, desde la propia explotación: «Queremos que a xente veña aquí, vexa o que facemos e saiba o que compra, que vexa como traballamos», insiste Varela.

Es la mejor forma, entiende el concejal, de comprender por qué este proyecto y el plan medioambiental municipal fueron finalistas, en el 2010, del concurso Capital de la Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, y por qué la Asociación Alemana para la Protección del Medio Ambiente lo incluyó como modelo en una publicación del 2012 de ámbito europeo.