«Parece que la innovación solo se rechaza en educación»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El profesor catalán Joan Padrós, experto en Flipped Classroom o «clase inversa», impartirá un taller sobre la metodología en el segundo Encuentro InspiraTICs de la Plataforma Proyecta

04 mar 2015 . Actualizado a las 09:27 h.

Joan Padrós es uno de los profesores españoles que ha apostado claramente por la metodología de la Flipped Classrom, o clase inversa, según la cual las explicaciones del maestro las reciben los alumnos en su casa, en vídeo, y en clase es donde hacen los deberes, con la ayuda de compañeros y profesor. Padrós dirigirá uno de los talleres que se desarrollarán mañana en el Museo de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre dentro del segundo Encuentro InspiraTICs, organizado por la Plataforma Proyecta, una iniciativa de la Fundación Amancio Ortega y Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

-¿Qué ventaja tiene esta nueva metolodogía?

-El profesor queda liberado de la labor de transmisión de conocimientos, por lo que puede centrarse en el acompañamiento en la resolución de los problemas y en atender la diversidad de su aula. En segundo lugar, el alumno puede ver el vídeo las veces que lo necesite, lo que facilita el entendimiento de los temas. Y además, el profesor monitoriza el visionado de los vídeos, de tal modo que sabe qué partes le han costado más a cada estudiante.

-¿Cómo responden los alumnos a la nueva forma de aprender?

-Algunos al principio no están muy contentos, pero lo cierto es que enseguida se acostumbran y no quieren volver atrás. De hecho, yo aconsejo que un profesor empiece poco a poco, con un tema en el que se encuentre cómodo. Seguro que sus alumnos son los que le exigen que amplíe este sistema a otros temas.

-¿No genera dudas?

-Hay datos que dice que los resultados de la clase no son peores, y en cambio profesores y alumnos están encantados. Pero sí que al principio genera dudas, y se necesita una gran pedagogía por parte de profesores y centro. Es sorprendente cómo las innovaciones en medicina, y en otros ámbitos se ven tan positivas, pero no en esto. Parece que solo se rechazan en educación, posiblemente porque como todos pasamos por el colegio podemos creer que lo que nos enseñaron a nosotros era mejor.

-Los datos no lo dicen así.

-¡Y el mundo en el que nos criamos ya no existe! Pero es cierto que se está generando muchas expectativas, y esto es como todo, requiere trabajo; en educación no se puede hacer nada sin trabajo.

-¿Qué países desarrollan esta «clase inversa»?

-Esto empezó en Estados Unidos para atajar el alto absentismo escolar de algunas escuelas, pero yo creo que ni esta metodología ni ninguna otra se puede exportar tal cual, no ya entre países sino ni siquiera entre centros. Hay que estudiar cómo es el alumnado, y el profesorado, y adaptar el sistema. El objetivo del profesor es crear espacios de aprendizaje, que el alumno convierta la información que le damos en conocimiento, y uno tiene que crear su propio modelo. Por eso insisto en empezar poco a poco, viendo qué funciona y qué no.

-¿Se puede enseñar de esta manera sin aligerar el currículo de contenido?

-Sí. Lo que hay que aclarar es qué es el currículo, porque en él hay que incluir la enseñanza por competencias [como recogen la normativa europea y la propia Lomce] y entre ellas está la autonomía en el aprendizaje, el uso de las TIC y las relaciones sociales.