El Sergas patenta una plataforma para crear vacunas antibacterianas

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Gustavo Rivas

Tiene potencial para prevenir cualquier infección microbiana en humanos

21 feb 2015 . Actualizado a las 11:46 h.

No es exactamente un antibiótico. Es una alternativa totalmente nueva para atacar las enfermedades infecciosas: una vacuna que previene contra las infecciones provocadas por bacterias. Como la de la gripe, solo que en vez de activar las defensas del cuerpo para aniquilar a los virus impide el desarrollo en el organismo de peligrosas superbacterias como las Pseudomonas, Acinetobacter o el Staphylococus aureus, que cada año matan a miles de personas tras infectar a pacientes hospitalarios y para las que existen muy escasas opciones terapéuticas. En realidad tampoco es una vacuna, sino una plataforma universal para diseñar vacunas para cualquier patógeno microbiano humano o animal. Es la tecnología desarrollada por el grupo de Investigación en Microbiología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), que acaba de tramitar una patente internacional (PCT) registrada por el Sergas y la Fundación Novoa Santos del centro hospitalario coruñés. Se trata de un nuevo diseño de generación de vacunas bacterianas.

El método se ha probado con éxito en tres superbacterias en ensayos in vitro y en un modelo con ratones, pero el potencial que ofrece es tan alto que tanto los investigadores como el Sergas han iniciado gestiones para crear una empresa, una spin-off, con el objeto de poder explotar la licencia del producto en el futuro, para lo que también han iniciado contactos con inversores. El procedimiento, de hecho, se presentó hace unos días a un grupo de empresarios interesados en participar en la iniciativa «Se puede aplicar a casi todos los patógenos humanos», explica Germán Bou, jefe de Microbiología en el Chuac y responsable de un avance que en su momento ya fue seleccionado entre los diez proyectos del Programa de Desarrollo Precomercial de los Resultados de Investigación Sanitaria (Pris) de la Consellería de Sanidade. La compañía farmacéutica Biofabri, con base en Porriño, está ya fabricando el prototipo de la primera vacuna y realizando los experimentos de seguridad animal.

Un gen inactivo

«Nuestra intención -apunta Bou- es llegar lo más lejos que podamos, realizar un ensayo clínico en humanos en fase 1, porque cuanto más maduro esté el producto más valor tendrá. Tampoco nos gustaría desprendernos de él si lo llegamos a licenciar, sino que queremos seguir ligados a su desarrollo».

Lo que hicieron los investigadores, a partir de una cepa de laboratorio, fue inactivar un gen esencial para la síntesis de la pared celular de las bacterias. Es lo que les permite replicarse y multiplicarse para infectar al organismo y eludir la acción de los antibióticos. Luego crearon un compuesto, el D-Glutamato, que codifica el gen y que permite regular como si fuera un interruptor el crecimiento o no de la bacteria. Una vez inyectada en el organismo, y en ausencia de este compuesto, el patógeno microbiano queda atenuado y es incapaz de replicarse, pero aun así, y antes de su destrucción, permite al sistema inmunitario reconocerlo y generar una respuesta inmune de protección. O, dicho de otra forma, el cuerpo ya está preparado para aniquilar cualquier futura infección bacteriana por esta especie. Es el proceso habitual de cualquier vacuna y, como cualquier otra, se suministraría a los pacientes mediante una inyección intramuscular.

Fibrosis quística

Los investigadores del hospital coruñés también están estudiando la posibilidad de que el procedimiento que han desarrollado pueda utilizarse no solo como una vacuna preventiva, sino también como un agente terapéutico para el tratamiento de los enfermos con fibrosis quística. Es una posibilidad que se está barajando, aunque está pendiente de nuevos estudios.