Europa prueba con éxito su primera nave espacial de ida y vuelta a tierra

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ESA

Logra por primera vez en su historia reingresar un avión en la atmósfera

12 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las sondas espaciales europeas alcanzaron las órbitas de Marte y Júpiter, han sobrevolado el espacio profundo e incluso han logrado la proeza histórica de hacer descender un robot sobre la superficie de un cometa antes de continuar su viaje hacia el Sol. Pero ninguna de estas naves ha conseguido regresar de nuevo a tierra y reingresar en su atmósfera, un reto que han superado desde hace muchos años los estadounidenses y los rusos, pero que continúa siendo una cuenta pendiente para los europeos. Esta deuda empezó a pagarse ayer con el exitoso lanzamiento de prueba del primer vehículo experimental de la Agencia Espacial Europea (ESA) con capacidad de ida y vuelta. O, lo que es lo mismo, con la particularidad no solo de explorar el espacio, sino de poder posarse de nuevo en el planeta y poder reutilizare otra vez para nuevas misiones.

Justo cien minutos es lo que ha durado el vuelo del Transporte Espacial Reutilizable (IXV), que amerizó suavemente en el océano Pacífico, cerca de las islas Galápagos, después de ser lanzado por el cohete Vega desde la base de la ESA en la Guayana francesa. «Son cien minutos para entrar en el futuro», subrayó el director general de la agencia europea, Jean-Jacques Dordain.

El avión se separó del cohete a una altura de 348 kilómetros y continuó su ascenso hasta alcanzar los 413 kilómetros. Durante su reentrada en la atmósfera tomó una gran cantidad de datos gracias a los más de 300 sensores con los que está equipado. Luego llegó el momento crítico para una nave de cinco metros de largo y dos toneladas de peso: el descenso, algo que nunca se había conseguido. En su caída redujo su velocidad de hipersónica, unos 27.000 kilómetros por hora, a supersónica, con lo que reprodujo las mismas condiciones a las que estaría sometida una nave que volviera a Tierra desde la órbita baja.

IXV planeó a través de la atmósfera antes de desplegar el paracaídas que frenaría aún más su vertiginosa caída, hasta el amerizaje seguro sobre el Pacífico, donde se mantuvo en el agua con unos flotadores especiales hasta que fue rescatado por un barco. Listo para que los ingenieros analicen los datos de los sensores del ingenio. Sus conclusiones servirán para el diseño de una futura nave autónoma y reutilizable, que ayudará a Europa a ser más independiente de Rusia y Estados Unidos, especialmente en los viajes a la Estación Espacial Internacional, y que rebajará el coste de las misiones.

Dominar la técnica de la reentrada en la atmósfera significa un nuevo capítulo en la historia de la Agencia Espacial Europea. Es una habilidad indispensable a la hora de desarrollar lanzadores con etapas reutilizables para poder traer a Tierra muestras de otros planetas o para el regreso a casa de los astronautas. Será igualmente importante para la futura investigación en observación del planeta y microgravedad y para las misiones de mantenimiento y retirada de los satélites. «La ESA y sus Estados miembros, junto con la industria espacial europea, están ya listos para hacer frente a nuevos desafíos en distintos campos del transporte espacial, en futuros lanzadores, en exploración robótica o en vuelos tripulados», advirtió Jean-Jacques Dordain.

Un día histórico

Igual de entusiasmado se mostró el responsable del proyecto, el italiano Giorgio Tumino. «Esta -dijo- ha sido una misión breve, pero con un enorme impacto. La tecnología de vanguardia que hoy validamos y los datos recopilados por los sensores abrirán numerosas oportunidades para que Europa desarrolle sus planes en transporte espacial para múltiples aplicaciones».

«Hoy es un día muy importante para la ESA», indicó el director de lanzaderas de la agencia, Gael Winters, para quien de alguna manera ha habido dos misiones en una: la del IXV y la que pone a prueba al propio cohete Vega, que con el de ayer realizó su cuarto lanzamiento desde Kurú, en la Guayana francesa, y «todavía es un miembro joven de la familia». En el proyecto participan siete países, entre ellos España, con un 14 % del presupuesto.

EL FUTURO. Proyecto Pride

Vehículo reutilizable. De los datos del vuelo de ayer se nutrirá el programa Pride, que prevé el desarrollo de un vehículo reutilizable que sería lanzado por el cohete Vega y que, una vez concluida su misión, podría aterrizar de forma automática en una pista.