-Ha confesado que el libro pretende enderezar lo torcido. ¿Qué aspectos destacaría?
-Son muchos. Decir que Adolfo Suárez pretendió llevar a cabo una mediación en el conflicto de Oriente Medio, lo cual es falso; o que se buscó la enemistad de EE.UU. al recibir en la Moncloa al líder de la OLP, lo que tampoco es cierto. Arafat vino a Madrid en septiembre de 1979. Cuatro meses más tarde, Suárez era recibido en Washington, donde mantuvo una entrevista con el presidente Carter, marcada por la amistad y la confianza. Yo le acompañé en este viaje y sé muy bien lo que pasó.
-Gorbachov quería copiar el modelo de cambio de España. Pero Felipe le dijo que no...
-Porque los casos de España y de Rusia no tenían nada que ver. Gorbachov estaba obsesionado por el éxito de nuestra transición, que él quería copiar; pero Felipe González le insistía en que, por razones históricas, políticas, sociales y económicas, se trataba de dos supuestos enteramente diferentes.