¿Deben eliminarse los piropos?

Madrid / Agencias

SOCIEDAD

La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del CGPJ dice que son una invasión a la intimidad de la mujer y propone erradicarlos

10 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona, aseguró que el piropo supone una invasión a la intimidad de la mujer, por lo que defendió la importancia eliminarlo, aunque sea halagador. «El piropo ha sido siempre permitido y se ha asumido como algo normal, pero lo cierto y verdad es que supone una invasión en la intimidad de la propia mujer porque nadie tiene derecho a hacer un comentario sobre el aspecto físico de la mujer», explicó Carmona en una entrevista en Radio Nacional de España.

Recordó que en ciudades como El Cairo las mujeres van con auriculares y tapones «para no escuchar los comentarios de este tipo y, aunque sean bonitos, buenos y agradables y sean actitudes absolutamente permitidas en nuestra sociedad, deben ser erradicadas y debe haber mucho más respeto por la imagen de la mujer».

Por su parte, la presidenta de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, afirmó que en España «hay una tradición de acoso callejero que es la de soltar estupideces por calle por parte de algunos hombres hacia las mujeres y que se ha venido a llamar piropo», y que en ningún caso se trata de «situaciones de halago».

Soleto señaló que la presidenta del Observatorio se pronunció a raíz de un vídeo sobre «acoso callejero» difundido en Internet. Explicó que «en las redes sociales hay muchos vídeos en los que se ve cómo una mujer joven que camina por la calle es acosada sistemáticamente, y en muchas ocasiones independiente de su aspecto o de su actitud personal». Alertó de que con «este tipo de escenas, cuando se producen en algunos países dónde los derechos de las mujeres son muy limitados, está en riesgo su salud, su vida y su seguridad». «En muchos casos constituyen un primer paso de lo que son las agresiones sexuales contra las mujeres», remachó.

«A nada de todo esto le podemos llamar piropo, son situaciones de acoso callejero», dijo, y añadió: «Da la sensación de que las mujeres tenemos que estar agradecidas cuando la realidad es que no son solicitados y que son limitaciones a la libertad».