«La terapia celular para tratar el ictus será pronto una realidad clínica»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Castillo y su equipo ya iniciaron ensayos con terapia celular.
Castillo y su equipo ya iniciaron ensayos con terapia celular. sandra alonso< / span>

Castillo, premio de Investigación de la Real Academia Galega de Ciencias

08 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

José Castillo, responsable del área de Neurociencias del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y de la Facultad de Medicina de la USC, acaba de ser galardonado con el Premio de Investigación 2014 de la Real Academia Galega de Ciencias, dotado con 6.000 euros, por demostrar que la terapia con células madre es una estrategia eficaz para tratar a las personas afectadas por el ictus, una enfermedad incapacitante y con una elevada mortalidad de la que cada año se registran más de 5.000 casos en Galicia. Los tratamientos actuales solo se aplican a entre el 3 % y el 5 % de los pacientes, y con una eficacia baja. El equipo galardonado con el premio, que este año recibe el nombre de Ernesto Viéitez en honor al anterior presidente de la academia, también está formado por Tomás Sobrino y Francisco Campos.

-La terapia celular es una esperanza para tratar distintas enfermedades. ¿Lo sigue siendo o ya hablamos de realidades?

-Pocos podían pensar hace cuatro o cinco años que la terapia celular llegase a ser una terapia eficaz y una solución para enfermedades cerebrovasculares, pero las cosas van tan rápido que ya es una realidad. Hace años era una utopía, pero ahora hay un montón de ensayos en marcha en pacientes y con resultados muy esperanzadores.

-¿En qué consiste la estrategia que han desarrollado?

-Es una estrategia en cuatro pasos. Primero utilizamos factores de crecimiento, que tienen una actividad regenerativa. Demostramos en un ensayo clínico que coordinamos en 18 hospitales y con 2.000 pacientes, a través de la Red de Enfermedades Cardiovasculares del Instituto de Salud Carlos III, que tienen un efecto beneficioso en todas las células del sistema nervioso. Luego empleamos células progenitoras endoteliales, capaces de reparar los vasos sanguíneos destruidos por un infarto cerebral o por una hemorragia. Tienen la capacidad de crecer haciendo microtúbulos, nuevos vasos sanguíneos. Fuimos los pioneros en el mundo, ya en el 2005, en identificar estas células en pacientes con ictus.

-Y utilizan las células del propio paciente para hacer el trasplante.

-La tercera pata es la utilización de células madre pluriinducidas (IPS), que se pueden coger de cualquier parte del cuerpo, como la grasa, las diferenciamos en neuronas y tienen la capacidad de reparar las lesiones destruidas en hemorragias cerebrales.

-Queda la cuarta fase.

-En el momento en que se produce un infarto, cuando se obstruye la sangre, se desencadenan sustancias muy tóxicas, los glutamatos. Nosotros desarrollamos células mesenquemiales que son capaces de atrapar el glutamato. Son una especie de comecocos.

-¿Ya han hecho ensayos clínicos?

-Sí. En el hospital de Santiago estamos en un ensayo clínico en fase II. Tenemos hasta el 31 de octubre para incluir los 60 pacientes que necesitamos y el 31 de diciembre presentaremos los primeros resultados.

-¿Cuándo se podrá llevar la terapia celular a la práctica clínica?

-Hay que ser prudentes, pero estoy seguro de que la terapia celular para tratar el ictus será una realidad clínica más pronto que tarde. Para muchos pacientes no existe tratamiento y la terapia celular será una alternativa en muy corto espacio de tiempo.

Mejor investigador joven

Teoría de cuerdas desde Santiago. El premio de investigación Ernesto Viéitez en la categoría de investigadores jóvenes, dotado con 2.000 euros, correspondió al físico de partículas de la Universidade de Santiago Iago Bea Seada. Su trabajo está relacionado con la teoría de cuerdas, que permite reunir en un mismo marco la de la relatividad general de Einstein con la cuántica de campos. El enfoque de Bea se dirige «cara a casos máis complexos, con intención de aproximarse ás teorías que rexen a natureza, en lugar de restrinxirse a meros exemplos matemáticos», según explica el científico. Este abordaje permite posibles aplicaciones prácticas, como la creación de nuevos materiales, utilizables en la construcción de supercomputadoras.