Medio centenar de fiestas de Fin de Año se celebrarán en galpones

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La Nochevieja se vive en la calle, y no solo en los locales, sino que cada vez más vecinos toman las uvas a la intemperie.
La Nochevieja se vive en la calle, y no solo en los locales, sino que cada vez más vecinos toman las uvas a la intemperie. álvaro ballesteros< / span>

Los empresarios gallegos denuncian que hay locales que carecen de licencia, salidas de emergencia, plan de evacuación o sistema de detección de humos

29 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los menús están elegidos, la ropa comprada y el itinerario de la fiesta, previsto. La del 31 es una noche muy planificada, aunque según alerta el presidente de los empresarios de las discotecas y salas de fiesta de Galicia, Samuel Pousada, todo se puede ir al traste por una mala elección del lugar donde se disfruten las primeras horas del 2015.

El empresario no se cansa de repetir estos días que los gallegos deben usar el sentido común a la hora de meterse en un local para celebrar el Fin de Año. Y explica: «Nosotros decimos que en Galicia hay unas 500 fiestas ilegales, aunque de estas, la práctica totalidad podrían ser legalizables. El problema verdadero está en ese 10 o 15 % que no deberían celebrarse de ningún modo. Se trata de fiestas en galpones abandonados, naves industriales en los polígonos, locales sin licencia, bajos lúgubres y viviendas particulares, incluso».

Según los datos de la organización que preside, Fesdiga, en Galicia se celebrarán el próximo miércoles unas 50 fiestas en estas condiciones, de las que la asociación detecta 20 o 30 antes de la Nochevieja. Son locales que pueden carecer de baño, no tienen salida de emergencia, un plan de evacuación o sistemas de detección de humos: «No vale la pena ahorrarse unos euros cuando uno se arriesga a sufrir una desgracia». Para Pousada, el desastre del Madrid Arena -en una multitudinaria fiesta de Halloween en el 2012- representa muy bien el riesgo que se corre al acudir a un sitio que carece de las condiciones necesarias para celebrar algo semejante. Y en ese sentido, Pousada reconoce que la muerte de las cinco jóvenes en una avalancha ha servido para que muchos empresarios y ayuntamientos se diesen cuenta de los riesgos: «Hoy hay más control que otros años -reconoce- porque nadie quiere otro Madrid Arena». Por eso, cada vez más concellos -«sobre todo los medianos y los pequeños», puntualiza- ejercen un mayor control sobre los permisos y la seguridad de las fiestas en Galicia.

Con todo, por el momento se está muy lejos de alcanzar las cotas de seguridad deseables. Por ejemplo, según datos de la Xunta, para la Nochevieja del 2013 -el proceso para obtener licencia este año aún no se cerró- solo se pidieron 59 permisos especiales en toda Galicia (con cifras sorprendentes, como 5 en A Coruña y 14 en Vigo). Según Fesdega, deberían tramitarse unos 450, lo que corresponde a locales que el día 31 se dedicarán a otra actividad diferente de la que tienen licencia: por ejemplo, si un pub quiere tener música en directo, o un restaurante ofrece cena-baile, entonces debería tramitar el permiso. Es cierto que el primer año suele ser un proceso engorroso y que ocasiona algún gasto en las mejoras o cambios que deben hacerse para adaptarse a lo estipulado, pero Pousada destaca que a partir de esa primera vez el trámite es mucho más sencillo y aporta seguridad a los clientes.