Sierra Leona ordena otro toque de queda para hallar enfermos de ébola

freetown / agencias

SOCIEDAD

Naciones Unidas cree que el país africano necesita entre seis y ocho semanas para tener bajo control la epidemia en la zona noroeste

26 dic 2014 . Actualizado a las 07:32 h.

El Gobierno de Sierra Leona lucha con todo lo que tiene a mano para controlar la epidemia de ébola, y por eso el día de Nochebuena ordenó un inmediato confinamiento de toda la población durante de la zona norte del país durante tres días. El objetivo es que los sanitarios visiten todas y cada una de las casas para detectar a los enfermos, aislarlos e informar a las familias.

David Nabarro, enviado especial de la ONU para el ébola (Unmeer) dijo a la agencia de noticias china Xinhua que en el oeste y el norte de Sierra Leona la epidemia está descontrolada. Según explicó Nabarro, los grandes focos son Freetown, la capital del país, así como Porto Loko y el Distrito Bombali, cerca de Senegal. La Unmeer calcula que el Gobierno necesitará de seis a ocho semanas para hacerse con las riendas de la enfermedad, es decir, puede precisar dos meses para que el número de contagios deje de crecer de forma exponencial.

Eso sí, David Nabarro fue optimista a largo plazo, ya que para él esta epidemia ha supuesto el empuje definitivo para establecer sistemas de salud más fuertes en los tres países azotados por el ébola, Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia.

Mientras tanto, Theo Nicol, viceministro de Información y Comunicación sierraleonés, anunciaba el miércoles que «el confinamiento inmediato» de la zona norte tiene como «objetivo permitirnos tener una imagen precisa de la situación».

La medida es radical: «Durante este período ninguna tienda podrá abrir. No funcionará ningún mercado. Ningún vehículo no autorizado, o taxi, podrá circular dentro o fuera de las ciudades y aldeas, excepto los que están asignados a temas relacionados con el ébola», explicó a la AFP Alie Kamara, ministra residente para la región norte.

Calles desiertas

La orden fue recibida sin hostilidad. «Las calles están desiertas y la gente se queda en casa», afirmó por teléfono Félix Koroma, un residente en Makeni, la principal ciudad de la región. La Navidad, una fiesta habitualmente alegre, será «sombría» este año, dijo este vecino.

Desde la instauración el 31 de julio del estado de emergencia, todavía en vigor, varias zonas sufren restricciones de movimiento a causa de la epidemia. Alie Kamara precisó que, durante el confinamiento en el norte, los oficiosos religiosos, tanto cristianos como musulmanes, están prohibidos.