Estas revelaciones suceden después de que el actual pontífice -quien eligió su nombre en honor a Francisco de Asís- diera orden de limpiar las finanzas vaticanas y reformar su burocracia. Precisamente, Perry esgrime en su misiva «el ejemplo ofrecido por el papa Francisco en su llamada a la verdad y a la transparencia en las actividades financieras tanto en la Iglesia como en las sociedades humanas».