Aunque la idea parece buena, puede no serlo tanto en la práctica. Una de las cantantes que participó en el villancico, Emeli Sandé, de origen zambiano, cree que la letra -escrita en 1984 y solo ligeramente retocada- perpetúa los estereotipos de África, y en Twitter reconoció que la causa necesita «una canción totalmente nueva».
Lo cierto es que en las redes sociales ha aparecido la contrarréplica: Africa for Norway, un villancico africano en el que se dice que «los niños noruegos se congelan en invierno».