Arte-terapia, la nueva fórmula para combatir la ansiedad

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Llega desde Francia camuflada en los libros para colorear para adultos

29 nov 2014 . Actualizado a las 21:29 h.

Olvidarse de todo. Dejar atrás el móvil, la tablet y el televisor y poner a prueba nuestra creatividad. Eso es lo que prometen los libros para colorear para adultos que pueblan desde hace meses las estanterías de las librerías gallegas. Un puñado de lápices, un libro y música relajante son la receta eficaz para olvidarnos de los ansiolíticos y cruzar la frontera del mundo artístico. No importa que seas un manazas ni que nunca se te haya dado bien el dibujo, colorear es tan sencillo como parece y además el resultado es muy gratificante.

Es fácil, es barato y es creativo. Cada vez son más los que se apuntan a este hobby que se practica de forma individual y se comparte con el apoyo de las redes sociales. Facebook, Instagram y Pinterest se pueblan de láminas preciosas con las que sus autores, sobre todo autoras, compiten en belleza y en destreza.

Los hay de jardines, otros son geométricos, algunos diseños representan animales y hasta Forges se ha animado a unirse al club con sus mandalas de blasillas. El psiquiatra Rojas Marcos explica que «aunque colorear un par de horas no elimine todos los problemas que nos preocupan, sí nos aparta y nos alivia del estrés que nos abruma. Y al concentrarnos en ejercitar nuestra imaginación, evadimos las presiones que nublan nuestra mente».

La artista y docente coruñesa Luisa Valdés no está tan segura de su efecto relajante, pero sí lo ve como una gran oportunidad para acercarse al arte a través del color. Y propone ir sofisticando la actividad intentando dar volumen, sombras, degradados o utilizar técnicas distintas a los lapiceros como las acuarelas, siempre «con cuidado de no traspasar el papel, ya que hay dibujos por las dos caras», explica. Apunta también que los motivos de los libros, muy florales y de estilismo similar a los patrones habituales en los diseños textiles, están muy enfocados para las mujeres, pero «se podrían hacer otros más geométricos que podrían interesar a los hombres», que también viven agobiados por la tensión. En su taller 16.ARTE los libros para colorear logran el silencio entre la alumnas y ofrecen «una oportunidad de oro para escucharse», señala Luisa. Algunas de las adictas al coloreo reconocen que «esto afloja e incluso aligera los dolores de cabeza; pero tampoco es milagroso».

Las editoriales invaden las estanterías de las librerías pensando ya en el mercado del regalo navideño. Aunque tal vez convenga hacerse con un libro de láminas antes de que empiece el maratón de fiestas y nos ataque la angustia pre-Navidad. La editorial Plaza y Janés publica el Arte Antiestress 100 láminas para colorear (12,90 euros) con motivos geométricos y florales; Espasa se decanta por el artículo más genuinamente español, Coloreitor: el Libro Antiestrés de Forges (14,90) con los personajes de clásicos del humorista formando mandalas y también sus forgendros.

La editorial MTM ofrece una amplia gama entre los que destacan El libro creativo para colorear (13,95 euros) y El Jardín Secreto (13,95) con románticas propuestas florales a las que se suman juegos, del estilo buscando a Wally, pero con el objetivo de localizar mariposas o pájaros escondidos entre las hojas y flores. La propuesta de Ediciones B es Arteterapia Libro para colorear (12 euros), uno de los más bonitos, con originales dibujos de animales sobre fondos oscuros y una parte final titulada Garabatear en la que se nos anima a poner a prueba nuestro lado más creativo e ir más allá del simple coloreo.

No se trata de volver a la infancia, aunque las láminas tienen regusto vintage. Los diseños complejos y sofisticados, nada que ver con los de los niños, requieren prestar atención a los detalles y una concentración que nos aleja durante un rato de los problemas de la vida diaria. La moda viene importada de la Francia más chic, que entiende un rato de la joie de vivre, pero se extiende ya entre los americanos más sofisticados aficionados a la tendencia slow, esa forma lenta de entender la vida.

¿Y qué es más slow que robarle los lapiceros a tu niño y dejarte llevar por las volutas de colores? Una propuesta muy zen.