¿Cuál es el barrio más «cool» de Londres?

SOCIEDAD

Shoreditch, of course. Su nombre ya lo definía, era la «zanja de porquería» que todos ignoraban y ahora es lo último es lo de último. Te lo cuenta YES, la revista gallega de Gente, Creatividad y Tendencias

30 nov 2014 . Actualizado a las 17:25 h.

Siempre fue un poco borderline, el East End. Antes era el fin del mundo, ahora el centro del universo. Aquellos que han superado bien el medio sigo de vida todavía lo observan con mucho recelo. Los de cuarenta para abajo, se entregan a Shoreditch sin concesiones. Es, con mucho, el barrio más activo y vanguardista del mundo civilizado conocido. Es una isla dentro de la isla.

Para hacerse una idea de lo que significa en pleno siglo veintiuno, hay detalles imprescindibles. Desde una de sus interpretaciones etimológicas de su nombre (zanja de porquería) hasta su propia ubicación geográfica, colindante con el expueblo de Hoxton y, sobre todo, con el aterrador Whitechapel, el barrio de Jack el Destripador. Por cierto, el pub que frecuentaban algunas de las prostitutas que fueron víctimas del Ripper, el Ten Bells, se encuentra en una arteria limítrofe de Shoreditch (Commercial Street, esquina con Fournier Street).

El marco de referencia de las tendencias de todo tipo a nivel internacional (desde aquí se extendieron looks como el corte de pelo a lo mohicano, la bisutería deliberadamente cutre y tendencias como el arte incomprensible y provocador) también tuvo momentos de lucidez, como la presencia de William Shakespeare o Daniel Defoe, el primero de paso, el segundo para quedarse para siempre en el cementerio de Bunhill.

Pocos se acuerdan de eso. De eso, y de que Shoreditch fue objeto de los blitz alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. A media reconstrucción quedaron muchas de esas casas enladrilladas que retratan esta parte noreste de Londres (la calle donde se ubica el mercado de Brick Lane -por cierto, el mejor sitio para comer curry- toma su nombre de aquellas fábricas de tejas y ladrillos), tan demacrada como sus vecinas Tower Hamlets, Hackney y Bethnal Green. Y a un cuarto de hora en metro de la mítica estación de King?s Cross.

Atrás, muy atrás en el tiempo, quedan aquellas dos vías romanas que dieron vidilla a la zona (donde ahora están las calles de Kingsland Road y Old Street). No tanto, la oleada migratoria que hizo de Shoreditch la subcapital mundial de todo: tras los hugonotes, bengalíes y oriundos de Bangladesh. Hubo un tiempo en el que los blancos (mucho menos ingleses) se atrevían ni a acercarse. ¿Para qué?

Barrio de artistas de renombre, adictos a la moda, barbudos y noctámbulos, Shoreditch recoge el testigo de Chelsea (década de los sesenta y setenta), Notting Hill y Candem (los ochenta) y Soho (años noventa) y donde antes nadie quería vivir, ahora los hogares parten de un precio de salida de tres millones y medio de euros.

Tampoco faltan los que reniegan y opinan que se ha pasado de frenada a cuenta del hipsterismo, la Shoreditchización de Londres y la masificación del noreste londinense. ¿Shoreditch ha muerto? ¡Viva Shoreditch!

Pero alto. Deténgase. Piense en algo extravagante y novedoso. Esta idea revolucionará el mundo, seguro. Bares, costumbres, looks, diseños, tiendas, arte... pero no se apure demasiado en ponerla en práctica. No será el primero. Seguro que ya existe en Shoreditch.

"In Shoreditch, of course" es ya una expresión a la orden del día en Londres. Da lo mismo que se hable del primer café especializado en cereales (Cereal Killer Cafe) o de exposiciones de arte con animales en formol (lo hizo Damien Hirst). Incluso ambientar una peli de gánsteres (ya lo hizo el ex de Madonna, Guy Ritchie con su Lock, Stock and Two Smoking Barrels).

Sin embargo, el barrio se encuentra en erupción constante desde hace una década. Estos son algunos de sus últimos must.

De copas

Los mejores bares de cocktails del mundo, ránking oficial. Speakeasy que sobrevivieron a la clandestinidad. Exclusividad a tope, pero de aquella manera. ?¿Se puede entrar con estas pintas??. ?Esto es Shoreditch, nene, aquí la gente VA con esas pintas?. Y va al Nola (el piso secreto superior ambientado en Nueva Orleáns es de auténtico escándalo), al Andina donde se expresa el barman gallego Miguel Arbe (mejor gastrobar peruano de Londres), Nightjar, Callooh Callay (ay, esa entrada secreta por un espejo como el de Alicia en el País de las Maravillas), al Happiness Forgets o al White Lyan de Ryan Chetiyawardana y Ian Griffiths, donde todos los cócteles están embotellados y a su temperatura correcta, no hay hielo y todo está elaborado en el laboratorio de los señores Chetiyawardana & Griffiths, incluso el agua. Al más puro estilo elBulli. El Cargo es toda una institución.

De compras

En el barrio preferido de Kate Moss hay de todo, sobre todo vintage. Es Londres, claro. Y el colmo es el Boxpark, un centro comercial formado por sesenta contenedores que solo acoge tiendas pop-up (esas que aparecen y desaparecen como el Guadiana). Ahí es donde el periódico The Guardian abrió un café único, el #guardiancoffee, espacio a la última tecnología donde se reúnen periodistas, lectores y gente de todo pelaje interesada en la información y en esta profesión canalla y placentera.

Restaurantes

Nada más Sho'ditch que el Beigel Bake, a un precio irrisorio, una panadería que ofrece todo tipo de roscas (solas, 31 céntimos; en plan bocata, 1,90 euros). No cierra nunca y vende siete mil cada noche. Hay restaurantes, claro. Los mejores vietnamitas y pop-up restaurants están aquí. Les Trois Garçons marcó una época, también en su diseño (kitsch).

Arte y cultura

Los primeros jueves de cada mes, 150 galerías de arte abren sus puertas, lanzan colecciones e invitan a canapés. Aquí se encontró el primer teatro de Shakespeare. Incluso hay quien discute que esta zona es el punto originario, el Big Bang de Londres. La comedia alternativa al West End se está abriendo paso por estos lares.

Mercados

El de Brick Lane nació hace 400 años, dividido en Upmarket y Backmarket y en pleno meollo bengalí, es una excelente alternativa a los masificados Camden y Portobello Road. Su patio de comidas, para osados. Sus tiendas de segunda mano insertas en cuevas quitan el hipo. Hay outlets de diseñadores que cobran entrada. The Old Truman Brewery es el escaparate de los diseñadores emergentes. Old Spitafields Market (16 Horner Square) es otra gran opción.

Hoteles

Shoreditch House es, en realidad, un club privado para miembros de la industria del cine, de los medios de comunicación y publicistas que se ha vuelto demasiado Vip, en el escenario de un viejo almacén de té y una bodega, y en cuyo tejado se levanta un jardín, una discoteca y una piscina con hamacas, lo que completa su zona de spa, salón de belleza y bolera. Su restaurante tiene horno de leña y chimenea. Se accede por lo que parece la puerta de un garaje cualquiera, sin señalización específica.

El Qbic, el Re, el Hoxton (y su renombrado bar), el Ace Hotel... son "para gente curiosa e independiente" con su diseño pop y minimalista.