Los sacerdotes detenidos por abusos sexuales continúan incomunicados

redacción / la voz

SOCIEDAD

La policía registró las viviendas de los tres eclesiásticos y del profesor de Religión

25 nov 2014 . Actualizado a las 11:14 h.

La Policía Nacional detuvo ayer en Granada a tres sacerdotes y a un profesor de Religión como presuntos autores de un delito de abusos sexuales a menores en el marco de una investigación en la que se han investigado a un total de diez religiosos y dos seglares. Las diligencias, instruidas por un juzgado granadino, se pusieron en marcha a raíz de la denuncia de un joven de 24 años, miembro del Opus Dei, que sufrió los abusos cuando era monaguillo, entre los 12 y los 17 años, una práctica en la que también pudieron estar involucrados otros jóvenes, según la carta que el denunciante envió al papa Francisco el pasado verano.

Los cuatro arrestados, para los que el juez Antonio Moreno decretó la incomunicación, fueron trasladados en la tarde de ayer desde comisaría para practicar registros en sus viviendas o en los pisos que tenían a su disposición. Si se encuentran nuevas pruebas se podría involucrar a más miembros del grupo de los Romanones, ya que en principio se investiga a doce personas, diez religiosos y dos seglares. Algunos pudieron haber actuado simplemente como encubridores.

Entre los detenidos se encuentra el padre Román, de 61 años, que dio nombre al grupo conocido como los Romanones, al que pertenecen los acusados, y que, según los investigadores, actuaban como una secta, con un líder propio, que se dedicaba a la captación de monaguillos para realizar sus prácticas sexuales en una veintena de pisos y chalés de lujo, repartidos tanto en la capital granadina como en la costa y en la sierra. El uso de estas propiedades había sido cedido en herencia por una farmacéutica a uno de los miembros del grupo, aunque con la intención de que su uso fuera para fines sociales.

La actuación del Vaticano ha contribuido de forma decisiva al desarrollo de la investigación, ya que el pontífice instó al Arzobispado de Granada a colaborar con la justicia después de que, en primera instancia, abriese, por orden también del papa, una investigación eclesiástica en la que se apartó de sus funciones a varios sacerdotes. La ayuda de la Iglesia permitió en este caso localizar a antiguos seminaristas y eclesiásticos que actuaron como testigos y cuya declaración contribuyó a la detención de los cuatro supuestos autores de los abusos.

La detención de los sacerdotes y el seglar fue confirmada por el ministro de Justicia, Jorge Fernández Díaz, quien destacó que fue la máxima autoridad de la Iglesia el «más beligerante para que esto saliera a la luz». «Creo -dijo- que ya nadie puede poner en cuestión que Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el papa Francisco están siendo absolutamente beligerantes para erradicar del seno de la Iglesia este tipo de comportamientos que a todos nos conmueven y a todos nos producen un daño muy grande».

«Querido santo padre»

La operación policial llega un día después de que el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, que reiteró ayer su apoyo a la Justicia, se postrara ante el altar mayor de la catedral para pedir perdón a las víctimas, al igual que días antes había hecho el portavoz de la Conferencia Episcopal y, mucho antes, el propio papa en dos llamadas telefónicas que realizó al joven que acabó denunciando los hechos.

«Querido santo padre: tengo 24 años y soy miembro supernumerario del Opus Dei». Así empezaba la misiva que el joven, que frecuentó entre los 7 y los 18 años la parroquia granadina de Juan María de Viannei, donde oficiaban los sacerdotes arrestados, envió al papa Francisco, quien acabó sobrecogido ante frases como la siguiente: «Las prácticas sexuales más frecuentes iban desde masajes a masturbaciones y besos en la boca», según recoge la agencia Afp.

El joven denunció que podría haber otros menores víctimas de abusos y que la situación era conocida por varios religiosos. El juzgado baraja, de hecho, imputar a otros cuatro sacerdotes como encubridores. La operación sigue abierta.