El Sínodo aprueba un documento final que propone la acogida a gays y divorciados

Agencias / La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

La «Relatio Synodi» el documento final que fue aprobado hoy punto por punto por los «padres sinodales»

18 oct 2014 . Actualizado a las 20:51 h.

Los participantes en el Sínodo de los obispos que ha debatido sobre temas relacionados con la familia han aprobado este domingo un documento final en el que se propone acoger «con respeto y delicadeza» a los homosexuales y acompañar a los divorciados. La Relatio Synodi, el documento final que fue aprobado punto por punto por los «padres sinodales», aquellos obispos y cardenales con derecho al voto, fue divulgado por petición del papa Francisco, quien también autorizó a publicar cuantos votos tuvo cada párrafo.

En otro de los temas, el de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, los participantes en el Sínodo expresaron su decisión de que sobre esta cuestión se profundice en el futuro.

Los padres sinodales han pedido una mejor acogida hacia las personas divorciadas «sin debilitar por ello ni su fe ni su testimonio de la indisolubilidad del matrimonio, sino manifestando de ese modo la caridad». Asimismo sobre la atención pastoral a los homosexuales, han afirmado que deben ser acogidas «con respeto y delicadeza». Así se ha puesto de manifiesto en el documento final del Sínodo de obispos votado por 183 padres sinodales y aprobado por mayoría.

Sin embargo, los obispos dejan claro que consideran «inaceptable» que la Iglesia sufra presiones en esta materia y que «los organismos internacionales condicionen sus ayudas financieras a los países del tercer mundo a la introducción de leyes que instituyan el matrimonio entre personas del mismo sexo».

Además, han hecho hincapié en que «no hay fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia». Sobre la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar accedan a los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, se ha informado de que varios padres sinodales han insistido «a favor de la disciplina actual» con base en la «relación constitutiva entre la participación en la Eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble».

Según el documento final, otros han abogado por una apertura no generalizada a la mesa eucarística, «en algunas situaciones especiales y bajo condiciones estrictas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y relacionados con obligaciones morales para con sus hijos que sufrirían injustamente».

Eso sí, los obispos han detallado que el acceso a los sacramentos de los divorciados debería estar precedido por un «camino penitencial bajo la responsabilidad del obispo de la diócesis», aunque se ha expresado la necesidad de profundizar en esta cuestión, sobre todo, teniendo en cuenta la distinción «entre la situación objetiva de pecado, y de las circunstancias atenuantes», como la imputabilidad o la responsabilidad de una acción pueden ser disminuidas o incluso anuladas «por diferentes »factores psicológicos o sociales« según pone de manifiesto el Catecismo de la Iglesia Católica.

En el extenso informe final de 62 párrafos, se analizan las situaciones de los divorciados dividiendo sus situaciones entre los que se han vuelto a casar y los que no. Ante situaciones de divorciados vueltos a casar, los obispos llaman a un «acompañamiento basado en el respeto» evitando un lenguaje o actitudes que les haga sentir discriminados, así como a la promoción de «su participación en la vida comunitaria» de la Iglesia.

Los obispos animan a las personas divorciadas pero no vueltas a casar a encontrar en la Eucaristía «la comida que les apoye en su situación». En este sentido, subrayan que las comunidades locales y los sacerdotes deben acompañar a estas personas «con preocupación, sobre todo cuando hay niños» de por medio.